El primer robot sexual creado en España se nombró Samantha y cumple el cliché fetichista de la pelicastaña de ojos verdes con 40 kilogramos
Para solicitar perdón hay un solo camino: la humildad decorosa. Quien trata de disculparse con altanería no alivia sus heridas, no cierra capítulos ni entierra lo que le mortifica
Sin hablar de placer, felicidad, crecimiento espiritual, amistad y recuperación emocional por la vía de la experiencia es muy difícil involucrar a la juventud en un proyecto de autocuidado