Gracias al programa Deportivamente, de Radio Rebelde, tuve la oportunidad de dialogar con mi gran amigo Rolando Macías Rodríguez (25 de julio 1941), uno de los mejores lanzadores de nuestras series nacionales de finales de la década del 60 y principio de los 70 del pasado siglo.
El músico de San Fernando de Camarones —como también se le conoce— integró la selección cubana que se coronó en el inolvidable campeonato mundial de Santo Domingo 1969, en la justa del orbe desarrollada en Cuba en 1971 y en los Juegos Panamericanos realizados en Cali, Colombia, en el mismo año.
Macías fue el cuarto serpentinero que redondeó el centenar de sonrisas en nuestros certámenes beisboleros, al doblegar al conjunto de Holguín, cinco carreras a una, el 7 de febrero de 1978, en el estadio 5 de Septiembre. Solo le antecedieron Braudilio Vinent, Lázaro Santana (padre) y Gaspar Legón.
Traigo a colación la conversación con el destacado tirador que actualmente reside en la capital del país, porque él y José Antonio Huelga Ordaz (1948-1974) fueron desde la lomita dos de los principales baluartes en la etapa dorada del combativo equipo Azucareros que, entre las temporadas de 1967-1968 y 1974, en fuerte porfía con Industriales, Mineros, Granjeros y los marrones de La Habana, logró convertirse en el plantel más estable en ese lapso, y siempre se mantuvo en el podio con tres cetros (1968-1969, 1971 y 1972) y cuatro terceros lugares, además de la victoria de Las Villas en la Serie Especial de los Diez Millones (1970).
Pocas selecciones se han dado el lujo de contar en su plantilla con un dueto de tiradores tan ganadores como el que formaron Huelga-Macías, quienes coincidieron por primera vez en el elenco de Las Villas que intervino en la justa de 1966-1967, franela con la cual se estrenó en la pelota grande el que después se convertiría en el Héroe de Cartagena.
En el campeonato siguiente (1967-1968), Azucareros retornó a los clásicos beisboleros del país tras haberse ausentado durante las tres campañas precedentes, y los dos ingresaron en su nómina para formar un dúo excepcional. Basta decir que en los cinco torneos en que fueron compañeros, así como en la Especial de los Diez Millones, archivaron 131 victorias con solo 42 fracasos.
El punto máximo lo alcanzaron en la versión de 1968-1969, en la cual compilaron 32 triunfos y 10 descalabros, para en unión de Aquino Abreu (10-1) guiar a los Azucareros a su primer cetro.
Macías, con 17 salidas exitosas, compartió el liderato de victorias con el zurdo Santiago «Changa» Mederos, para así extender a 21 su racha de juegos ganados en forma sucesiva que había comenzado en la cita anterior, mientras Huelga, en su segundo campeonato de 15 o más satisfacciones, registró balance de 15-7.
En esa propia controversia beisbolera, Changa (17-4) y Walfrido Ruiz sumaron 31 y 10 con el equipo Habana. Un año antes (1967-1968), Julio Rojo (18-4) y Andrés «Papo» Liaño (13-2) archivaron 31 y 6 en aquella fabulosa serie, en la que el segundo conjunto de la capital, a las órdenes de Juan «Coco» Gómez Mazorra, se erigió en la única novena capaz de rebasar los 70 triunfos en un campeonato, en este caso con 74 y 25. Vale aclarar que esos fueron torneos de 99 juegos.
Transcurrieron tres décadas exactas para que la hazaña de Huelga y Macías en la 8va. Serie fuera superada, gracias a la magnífica labor de José Ibar (18-2) y el zurdo Raúl Valdés (15-7) en la contienda de 1998-1999, en la cual acopiaron 33 y 9 con los entonces Vaqueros de La Habana.