Urbano González, Pedro Chávez y Jorge Trigoura, tres de los que más destacaron en aquel campeonato. Autor: Archivo del autor Publicado: 18/04/2024 | 08:21 pm
La historia hizo coincidir en abril de 1961 dos grandes momentos, mientras en las arenas de Playa Girón, el pueblo uniformado le asestaba al imperialismo yanqui su primera derrota en América, nuestro equipo de béisbol, en Costa Rica, le proporcionaba al deporte revolucionario su primer título mundial.
El certamen se realizó en San José, sede de la 15ta. versión de las citas del orbe, entre el 7 y 21 de abril de 1961, donde una decena de países acudieron a la justa para intervenir en el campeonato, que concluyó un día como hoy hace 63 años.
Se formaron dos grupos de cinco conjuntos cada uno, de los cuales avanzaban tres a la siguiente ronda, en la que los seis mejores elencos del certamen disputaron la corona.
Cuba pasó invicta a la siguiente fase, tras blanquear a las novenas de Antillas Holandesas, Nicaragua y Guatemala, en tanto le toleraba una anotación a México.
Junto a los nuestros (4 y 0) avanzaron por el grupo B los aztecas (3-1) y guatemaltecos (1-3), en tanto por la llave A obtuvieron el boleto Panamá (4-0), Venezuela (3-1) y Costa Rica (2-2).
En la ronda decisiva Cuba aventajó a sus cinco oponentes para conquistar el título mundial, el primero de un equipo de casa después del enero victorioso de 1959.
Nuestra selección, única que promedió sobre trescientos en el bateo (355), lideró también los casilleros de pitcheo (1.11) y defensa (974). En total anotaron 129 carreras en nueve juegos y permitieron 12.
Mario González terminó en la cúspide los bateadores con 500 (32-16) de average, mientras que Jorge Trigoura concluía en el tercer puesto con 478, seguido de Pedro Chávez (459), quien finalizó al frente de los empujadores (19) y compartió la cima en jits conectados (17) con su compañero de equipo José Fernández. Este último resultó también el puntero en anotadas (20) y bases robadas (5).
En el picheo sobresalió uno de los dos más jóvenes integrantes del elenco criollo, José Miguel Pineda, quien se convirtió a los 18 años en uno de los grandes protagonistas en la conquista del primer cetro mundial del deporte revolucionario.
Pineda, fallecido el 26 de abril de 2008, doblegó a Nicaragua (16-0) y a México (13-1) y con 0.50 resultó el líder en promedio de carreras limpias, al permitir una sola anotación en 18 entradas de actuación. Ponchó a 27 bateadores y solo otorgó una base por bolas.
En San José el destacado lanzador zurdo y otros tres jugadores aceptaron ofertas para firmar como profesionales. Los cuatro retornaron a la Patria y luego fueron autorizados a viajar para cumplir su contrato en los Estados Unidos, incluso Dagoberto «Bert» Campaneris Blanco y Rigoberto «Tito» Fuentes hicieron carrera en las llamadas Grandes Ligas; sin embargo, Pineda decidió quedarse aquí en su tierra, consciente de que no podría jugar más pelota en Cuba, donde a partir de 1962 comenzaron a realizarse las series nacionales de béisbol aficionado, en las cuales alcanzó reconocido prestigio durante los 25 años en que actuó como director de equipos.
Triunfador en dos Copas Intercontinentales, en los Juegos Panamericanos de Caracas-83, en dos temporadas nacionales e igual número de selectivas, su debut como piloto en el certamen de 1967-1968 al frente de Industriales le deparó la gran alegría de poder dirigir a varios de los que fueron sus compañeros en Costa Rica: Ricardo Lazo, Mario González, Alfredo Street, Jorge Trigoura y Urbano González.