El árbitro de ajedrez es un ajedrecista que ama profundamente esta práctica y sus leyes, considera López-Chávez Mariño. Autor: Cortesía de la entrevistada Publicado: 03/02/2024 | 09:29 pm
Luego de que la COVID-19 impactara desde marzo de 2020 el calendario competitivo internacional del ajedrez —al punto de provocar la suspensión del Torneo de Candidatos que se desarrollaba en Ekaterimburgo—, se ha puesto de relieve la importancia de los árbitros y organizadores en las condiciones imprevistas que rigen el deporte de la mente. Si bien se ha reanudado en la mayoría de los países la dinámica de las competencias presenciales, y la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) ha reconocido en el ajedrez híbrido o semipresencial una alternativa viable para las actuales condiciones sanitarias y económicas, resulta loable que el juego ciencia haya mantenido tanto su vigor competitivo como su atractivo intelectual. Entre los profesionales de los trebejos con los que he interactuado en el año y medio que organizo los Topes Paul Morphy en el espacio Biblioteca Abierta, sin dudas la Árbitro Internacional Bárbara López-Chávez Mariño ha sido uno de los referentes más luminosos de cuán digno y atractivo resulta el ejercicio de la justicia en el universo deportivo.
La maestra Bárbara ha sido guiada por notables colegas que han prestigiado el oficio del arbitraje en el ámbito internacional —entre ellos el neerlandés Geurt Gijssen y el alemán Lothar Schmidt—, artífices de eventos de gran envergadura como el Campeonato Mundial y la Olimpiada Mundial de Naciones. También se ha nutrido de los grandes nombres del arbitraje cubano encabezado por Carlos Antonio Palacios Toscano, miembro desde 2021 del Salón de la Fama del Ajedrez de América.
Gracias a la cercanía común con la Gran Maestra Vivian Ramón —líder ilustre del Centro de Estudios de Ajedrez ISLA—, he coincidido recientemente con Bárbara López-Chávez tanto en el 12mo. Tope Paul Morphy desarrollado en el Aula Especializada Che Guevara, Caballero de la FIDE, como en la simultánea récord que protagonizó en el Hotel Plaza el Gran Maestro Omar Almeida ante 32 intrépidos rivales. Poseedora de una gracia expresiva que la asemeja con su coterráneo Francisco López Sacha, la maestra Bárbara nos devela cuánta exigencia se oculta entre quienes supervisan y propician el éxito competitivo de los atletas.
—¿Cuáles conocimientos universales debe poseer un profesional para consagrarse al arbitraje del ajedrez?
—El árbitro de ajedrez es un ajedrecista que ama profundamente esta práctica y sus leyes. Es una figura clave en los torneos y competiciones de este juego. Sus responsabilidades incluyen asegurarse de que se cumplan las reglas y mantener un ambiente justo para los jugadores. Debe saber cómo manejar y configurar los relojes de ajedrez para diferentes controles de tiempo, además de resolver problemas relacionados con su funcionamiento durante las partidas.
«Es fundamental para un árbitro fomentar un ambiente de juego ético y asegurarse de que se respeten las normas de Juego Limpio. Es importante también que un árbitro de ajedrez tenga conocimientos sobre sistemas de pareo —proceso de emparejar a los jugadores para cada ronda de un torneo—, asegurando que jueguen contra oponentes de fuerza similar y cumpliendo con las reglas establecidas por el torneo.
«Los árbitros deben mantener altos estándares de imparcialidad y objetividad en sus decisiones para garantizar que las exigencias competitivas se cumplan. Deben aplicar las reglas del juego de manera consistente y justa para todos los jugadores. Deben actuar de manera imparcial, ser neutrales y no mostrar favoritismo hacia ningún jugador, evitar cualquier tipo de prejuicio o preferencia personal que pueda influir en su juicio. Deben ser capaces de resolver conflictos y disputas, buscando soluciones que respeten las leyes del juego y promuevan la equidad.
—¿Cuáles desafíos organizativos implica el ajedrez híbrido?
—En primer lugar, esta modalidad representa una interesante fusión entre lo presencial y lo digital, lo que se logra mediante el uso de plataformas en línea que conectan a los participantes remotos con aquellos que están físicamente presentes en un lugar específico. Para ello es necesario sincronizar los horarios, proporcionar soporte técnico y garantizar un ambiente de juego equitativo para todos.
«Se deben implementar medidas de seguridad para evitar trampas y asegurar que se cumplan las reglas tanto en el entorno en línea como en el físico, establecer reglas específicas sobre el uso de la tecnología, como el tiempo para realizar movimientos en la plataforma digital y evitar el uso indebido de motores de ajedrez. Todo esto es esencial para mantener la integridad del juego. Estos eventos hacen que aumente el nivel de competitividad y ofrece oportunidades a jugadores de todas partes del mundo para estar en igualdad de condiciones.
—¿Cómo valora el apogeo del ajedrez rápido y blitz en detrimento de los ritmos standard y las cadencias clásicas de juego?
—El ajedrez rápido y el blitz tienen ventajas en términos de emoción, espectáculo y accesibilidad. Permiten partidas más dinámicas, emocionantes y pueden atraer a un público más amplio debido a su ritmo acelerado. Sin embargo, el ajedrez estándar ofrece una profundidad estratégica y una oportunidad para explorar en detalle la complejidad del juego, permite un análisis más exhaustivo, la aplicación de planes a largo plazo y la profundización en la comprensión posicional y táctica.
«La valoración depende mucho del enfoque del jugador. Algunos prefieren el rápido y el blitz por su intensidad y adrenalina, mientras que otros aprecian la lentitud y la reflexión estratégica que ofrece el estándar. Los tres estilos tienen su mérito y pueden coexistir, ya que satisfacen diferentes aspectos del ajedrez y atraen a diferentes tipos de jugadores y espectadores.
—¿Qué representa Cuba en el ámbito histórico y competitivo para la comunidad ajedrecística mundial?
—Nuestro país cuenta con una rica tradición en el ajedrez que se remonta a más de un siglo atrás y ha producido jugadores de clase mundial como el reconocido José Raúl Capablanca —campeón mundial entre 1921 y 1927— que fue famoso por su enfoque práctico y su talento natural. Su legado ha influido en la forma en que se juega el ajedrez incluso en la actualidad. Otro jugador cubano que llega a la élite mundial es Leinier Domínguez, que hoy ocupa el 8vo. lugar en el ranking mundial y fue formado en Cuba.
«En términos competitivos, contamos con jugadores de alto nivel que compiten y se destacan en torneos internacionales, y que contribuyen al ajedrez de élite. La presencia constante de nuestros jugadores en eventos de primer nivel y el reconocimiento de su habilidad estratégica
y táctica han consolidado la posición de Cuba en la comunidad ajedrecística mundial.
«En general, el ajedrez en Cuba se valora no solo por sus éxitos en el tablero, sino también por su contribución al desarrollo educativo y cultural de la sociedad. La continua inversión en jóvenes talentos y la promoción de este deporte contribuyen a mantenerlo como un punto de orgullo y excelencia para el país.
—¿Qué elementos reconfortantes ha alcanzado durante su carrera profesional?
—Me considero una profesional plena y realizada. En primer lugar, el reconocimiento y respeto de mis colegas y de la comunidad ajedrecística han sido fundamentales. Haber establecido relaciones sólidas y de confianza en este ámbito ha sido gratificante.
La presencia sistemática de Bárbara Chávez-López en eventos internacionales ha prestigiado la escuela cubana de arbitraje en el ámbito ajedrecístico. Foto: Cortesía de la entrevistada.
«La experiencia acumulada, que me ha permitido manejar diferentes escenarios y conflictos de manera efectiva, ha sido reconfortante y me ha brindado confianza en mi capacidad como árbitro. He tenido el privilegio de participar en una serie de torneos importantes a lo largo de mi carrera en el ajedrez, como campeonatos nacionales, torneos Capablanca, eventos centroamericanos, torneos continentales, mundial escolar, así como en la Olimpiada Mundial de 2002 en Chennai, India. Además, he tenido la oportunidad de participar en el Campeonato Mundial 2023 de Rápidas y Blitz en Samarcanda, Uzbekistán.
«En la actualidad, tengo el honor de desempeñarme como presidenta de la Comisión de Árbitros de la Confederación de Ajedrez para las Américas, así como del Colegio de Árbitros de Cuba. Siento que alcanzar estos roles ha sido un logro significativo en mi carrera y me llena de satisfacción. Considero que no puedo pedirle más a la vida en este momento.