26
SANTIAGO DE CHILE.— La fría noche de este viernes en la ciudad será arropada por el fuego que encenderá el pebetero de los 19nos. Juegos Panamericanos, punto de partida oficial para una cita que se extenderá hasta el próximo 5 de noviembre.
Con la llegada de la antorcha al Estadio Nacional en esta capital, termina un recorrido que inició el 3 de octubre de forma simultánea en tres territorios chilenos: Arica, Rapa Nui y Punta Arenas.
Sin embargo, el relevo de la antorcha tiene más historia que el trayecto superado para llegar a este momento. Simboliza un punto de encuentro del deporte continental, y los organizadores han contado además una historia con cada una de ellas.
Porque los Juegos no tienen una, sino dos antorchas: la dedicada a los Juegos Panamericanos, y la que portarán en los Juegos Parapanamericanos, previstos del 17 al 26 de noviembre. Ambas rinden homenaje al origen mesoamericano de la llama, el símbolo de la creación, específicamente al nacimiento del quinto sol y luna tras el sacrificio de dos dioses en Teotihuacán.
Estos implementos tienen 66 centímetros de longitud y pesan 1.5 kilogramos, y están inspirados en la paleta cromática de Chile, con colores café, celeste y azul en un fondo en el que se expresa el relieve cordillerano de norte a sur, como si fuese un mapa.
En los Juegos Panamericanos, la antorcha encarna la energía que emerge y convoca a celebrar la lid. Los organizadores han explicado que tal como en la estructura dramática griega, el conflicto se produce con la desestabilización de la llama al enfrentarse a las fuerzas de la naturaleza en Chile, que están en constante movimiento. Sin embargo, y pese a las dificultades, las manos de los habitantes originarios levantan el fuego y emprenden la ruta para lograr su encuentro. Fue eso lo que sucedió, de hecho, cuando revelaron los diseños y presentaron oficialmente las antorchas de estos Juegos en agosto último.
En los Juegos Parapanamericanos, la antorcha representa el poder de la luna e iniciará su recorrido el 13 de noviembre próximo. Encarna lo que no se distingue fácilmente, pero que es capaz de mover océanos y controlar mareas. El conflicto se desarrolla en torno a un grupo de personas de la cordillera quienes, en la oscuridad de una noche sin luna, encienden el fuego para iluminar el entorno y seguir su camino hacia el valle central y reunirse con otros pueblos.
Desde su llegada a Santiago las tres antorchas panamericanas han recorrido varias comunas (municipios) y se encontrarán esta noche en la inauguración de los Juegos para ser unificadas y dar inicio al evento deportivo más importante en la historia de Chile.
