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¿Por qué está jugando Despaigne?

Después de haber jugado nueve temporadas en Japón, ADR 54 habló de los sentimientos, deseos y pasiones que nacen al participar desde la arrancada en la Serie Nacional

Autor:

Osviel Castro Medel

«Solo voy a dar tres tandas», me dijo, tal vez para que no me fuera lejos y continuó ejercitándose en la jaula portátil de bateo, en el estadio Mártires de Barbados.

Como otros días, Alfredo Despaigne Rodríguez, había sido el primero en llegar a dar batazos, después de un juego agotador, de sol quemante; y, como otros días, las «tres tandas» se convirtieron en muchas más.

«Es un ejemplo, ojalá todos fueran como él», decía mientras lo observaba admirado Leonardo Soto Agüero, su nuevo director en el equipo de Granma.

El jonronero no dejaba de gastarse bromas en la práctica (pegó varias pelotas en plena pizarra, por el center field), y algunos compañeros le seguían el ritmo diciéndole que diera esos bambinazos en los juegos diarios.

Mientras lo veía me preguntaba, al igual que otros, de dónde le nacerá a este hombre, venido al mundo el 17 de junio de 1986, ese inmenso deseo de jugar, por encima del calor, las críticas, del «no te hace falta», de un pago que para él es simplemente simbólico.

Me lo respondería posteriormente. «Jugar con Granma es mi trabajo, es el equipo en el que empecé jugando, yo siempre me dediqué a este equipo. Ahora mismo tengo ofertas de trabajo afuera, pero no quiero ir a ningún otro lugar. Estoy concentrado, ¿sabes? en estar aquí, quiero cumplir algunas metas que me faltan en la serie nacional y... nada, si después, cuando descanse un tiempo, decido ir fuera del país a cumplir un contrato, iré», diría el pelotero que en la campaña 2011-2012 pegó 36 jonrones (vigente récord) y otros cinco en los play off, para un total asombroso de 41.

Pero quizás lo más estremecedor fue lo que me dijo después este Hijo Apotivo de Bayamo: «Fueron nueve años consecutivos en Japón. Cuando me fui el niño tenía un año y la niña cinco. Ahora ellos saben más, pueden ver más, quería estar más tiempo con ellos, compartir con la familia. Solo venía a Cuba dos meses prácticamente, era complicado no ver a los niños crecer. Ahora estoy aquí, contento con ellos y quiero que disfruten cada partido mío».

Cuando le pregunté sobre su arrancada en la actual serie nacional, que algunos han querido sea superior, respondió con sinceridad: «Es complicado, los que jugamos béisbol sabemos que hay una diferencia de pitcheo (en comparación con la liga profesional japonesa), de velocidad, los lanzamientos de rompimiento no son iguales; uno tiene que ajustarse, cogerle la vuelta a pararse en el home play según el pitcher, si es más atrás o más adelante... son muchos factores que influyen. Debo ir mejorando, jugando la mayor cantidad de partidos, tengo que enfrentarme a los pitchers e ir agarrando poco a poco el ritmo».

Algunos, por cierto, han criticado sin mirar los números. Hasta el juego 10, Despaigne promediaba 367 al bate, con un OBP de 545, siete impulsadas, seis anotadas, dos jonrones y 12 bases por bolas.

ADR 54, quien en 14 series nacionales promedia 345 (cuarto histórico), expresó que sí participará en las giras de su selección, algo que habían negado los «adivinos». «Tengo pensado estar en todo, quiero jugar la mayor cantidad de partidos; esto también me sirve de preparación para no perder la forma deportiva».

Sobre los Alazanes refirió que «la ofensiva es el plato fuerte. Los lanzadores no están en su mejor momento, pero estamos empezando la temporada. Todo el mundo ha visto que tenemos que hacer muchísimas carreras para ganar. Esperemos que ellos mejoren y la ofensiva siga como está ahora, excelente».

Despaigne también habló sobre su forma física, una preocupación de los aficionados, originada por las lesiones que él sufrió en el pasado: «Me siento bien, al 100 por ciento. Tuve una preparación muy buena para el clásico. Y nada, ahora con el equipo Granma a seguir preparándome,  cuidándome y tratar de no lesionarme. Las lesiones vienen cuando vienen, pero bueno, trataré de hacer todo lo posible por jugar libre de lesiones».

El Inmenso, como también se le conoce, subrayó que no le preocupa la nueva dirección del conjunto porque «la única ausencia es la de Carlos Martí, que se siente mucho, pero los otros son los mismos que estaban. Se incorporó el coach de banca nuevo, para ya lo conocíamos del béisbol.  Creo que las relaciones son excelentes, que no habrá problemas, hay muchas cosas que se hacen  colegiadamente  como antes, cuando estaba Carlos y eso es muy bueno».

El cierre del Caballo de los Caballos fue muy optimista: «El estado de ánimo de Granma es excelente, los muchachos están confiados, pero concentrados. El objetivo es volver a ganar el título, es ganar y ganar, porque ya no hay vuelta atrás. Somos los campeones nacionales y eso nos da  más confianza».

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