El desempeño de Herrera (izquierda), Taboada (centro) y Simón será fundamental en las aspiraciones cubanas de avanzar en el torneo. Autor: FIVB Publicado: 29/08/2022 | 06:45 pm
Este martes la selección masculina de Cuba cierra ante Japón su paso por el grupo B del Campeonato Mundial de voleibol de Eslovenia y Polonia, y lo hace con posibilidades reales de meterse a octavos de final, mínimo como uno de los mejores terceros lugares.
Luego de dos presentaciones, la primera saldada con una derrota en tie break ante Brasil (33-31, 25-21, 16-25, 17-25 y 16-18) y la segunda con victoria en cuatro sets frente a Catar (doble 25-21, 22-25 y 25-19), los entrenados por Nicolás Vives han mostrado buenos argumentos y también falencias que, de haber sido más contenidas, podrían haber favoreciendo resultados mejores.
Colectivamente, el conjunto de la Mayor de las Antillas lleva 76 errores no forzados —41 contra los auriverdes y 35 frente a los cataríes—, en nueve sets, lo cual equivale a un ritmo aproximado de ocho por parcial. De mantener este patrón, pésimo al nivel que sea, los nuestros se complicarán muchísimo la vida no solo frente al elenco japonés, conocido por dar muy pocas ventajas, sino ante el rival que les toque si finalmente consiguen clasificarse a las rondas de eliminación directa.
En ofensiva, el más destacado ha sido el opuesto Jesús Herrera, autor de 40 puntos, incluidos uno por bloqueo y tres aces, además de contar con una eficiencia en ataque (EeA) por encima del 59 por ciento.
Casi a la par de Herrera, ha estado Robertlandy Simón, con 30 unidades, 75 por ciento de efectividad desde el centro, siete «tapones» y par de aces; mientras que Miguel Ángel López, quien ha sumado 30 rayitas (34,33 por ciento EeA), con cuatro bloqueos y tres por servicio, también ha aportado lo suyo.
Cierran el pelotón de avanzada en «artillería» Liván Osoria (18, seis bloqueos y 52,17 por ciento EeA); Osniel Mergarejo (13, dos bloqueos y 52 por ciento EeA) y Marlon Yant ( 11, un ace y 52,63 EeA).
Más allá de los puntos, hay que señalar que el pase, responsabilidad de Lyván Taboada y Adrián Goide —en menor medida— no ha sido tan acertado como cabría esperar y eso ha lastrado en parte la efectividad de hombres como López o el propio Simón, con todo y que este último haya sido un baluarte en la cancha.
En el caso de Miguel Ángel hay que señalar, además de su bajo porciento de aciertos desde la esquina, el hecho de que el agotamiento físico pueda haberle llevado a mostrar una merma en su rendimiento, sobre todo durante la segunda presentación del equipo.
El recibo ha sido otro aspecto con problemas, aunque es hasta cierto punto entendible, pues este nivel, ampliamente superior al de Norceca o la Copa Challenger, implica que los muchachos de las cuatro letras se enfrenten a algunas de las mejores escuadras del planeta, cuyos jugadores son más agresivos y efectivos desde la línea de saque.
De cara al próximo partido, los de la Isla deberán buscar sobre todo minimizar los fallos propios y pulir el servicio. Ya les toca pensar no solamente en meterse a octavos de final, cosa que aún no es segura, sino empezar a proyectarse como serios competidores en las siguientes instancias, en las que los huesos serán mucho más duros de roer.