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Pronóstico reservado

Las dos eliminatorias semifinales de Champions quedaron sumamente cerradas tras los choques de ida

 

Autor:

Enio Echezábal Acosta

Las semifinales de la Liga de Campeones de la UEFA han «estrenado» su primera parte, dejándonos a todos de este lado de la pantalla con la boca seca de tanta brega, suspenso y emoción que se vivió sobre la cancha.

El martes, en Madrid, el Real recibió al Chelsea en su casa provisional del Alfredo Di Stéfano. La juventud y explosión de la escuadra londinense se impusieron en los primeros compases y eso les dejó colocarse delante al 14’ cuando la pelota larga de Antonio Rudiger le llegó a Christian Pulisic, quien con mucha sangre fría esperó el momento justo para colarla entre varios defensores blancos.

Tras el gol de los blues, todo se mantuvo igual: los visitantes mantuvieron la estrategia, pero su poca contundencia de cara a puerta dio vida a los de Zinedine Zidane, acostumbrados a sacar las garras en los instantes más difíciles de cada encuentro.

En medio de un aguacero memorable, los locales ganaron claridad y tras una mala salida rival combinaron un centro de Marcelo con par de cabezazos en el área chica, para que al 29’ Benzema la bajara y la rompiera en las narices del meta Edouard Mendy.

A partir de entonces y hasta la segunda mitad, hubo poco más que contar. Sobró lucha y entrega por ambos lados, pero no bastó eso para volver a gritar otro gol. Con la paridad transitoria, todo quedó abierto para la vuelta en la urbe de la milla cuadrada.

Un día más tarde, en el Parque de los Príncipes, dos planteles repletos de talento como el París Saint-Germain y el Manchester City se vieron las caras en un duelo que dejó clarísimas las aspiraciones del once francés.

Todo el primer episodio del choque fue parisino y ya al minuto 15’, Marquinhos metió un cabezazo inapelable que confirmó la superioridad que venían imponiendo. En lo adelante, se vivió una sinfonía colectiva que tuvo como mejor solista a Ángel Di María.

Sin embargo, el once de Pep Guardiola reaccionó tras el descanso y regresó al terreno con más intensidad. Gracias al cambio de cara, al minuto 64 un centro —inocente en apariencia— de Kevin de Bruyne pasó intocable hacia la red y terminó por descolocar totalmente a los de la torre Eiffel.

Con el París herido, el City apretó aún más el acelerador y al 71’ Riyad Mahrez los puso en ventaja con un tiro libre que sirvió para demostrar la calidad de su pierna izquierda. La consecuencia de la desventaja hizo que Idrissa Gueye cometiera una falta desmedida y fuera expulsado directamente. Lo que vino a continuación fue un acto casi milagroso, pues a pesar de que los de Pep Guardiola manejaron totalmente las acciones, no lograron marcar de nuevo y dejaron más activa la posibilidad de una remontada por parte de Neymar, Mbappé y compañía.

 

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