El oro de Lima 2019 le permitió a Yunier regresar a la cita estival. Foto: Calixto N. Llanes Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 20/03/2021 | 07:48 pm
Entrenar con la misma persona durante 16 años es algo que se ve mucho en el mundo del deporte. En un lapso tan largo como ese, cualquiera pensaría que mantener la relación entre atleta y preparador es difícil, sobre todo si tenemos en cuenta los altibajos naturales de la vida y las complicaciones que pueden surgir por el camino. Sin embargo, cuando hay un objetivo claro, el vínculo se transforma en hermandad y no pueden llegar sino éxitos.
Yunier Fernández y Rieldis Ortega se ganan la vida a raquetazos. Mientras el primero dispara sus remates sobre la mesa cruzada por una net, el segundo se dedica a dirigir y guiar sus esfuerzos en pos de la excelencia deportiva. Juntos, este atleta y su entrenador comparten asiento en este viaje que tiene como destino más próximo los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020+1.
Fernández comenzó a practicar tenis de mesa a los nueve años en el combinado deportivo Pedro Julio Esperón, de Artemisa. Aunque allí pasó por varios deportes, incluidos algunos de combate, eventualmente decidió quedarse con la raqueta y poco a poco fue desarrollando sus dotes en esta disciplina tan dinámica que, según dice él mismo, encaja muy bien con su forma de ser.
Su llegada a la categoría T1 sucedió en 2004, dos años después de que un accidente le impidiera seguir su camino hacia la gloria por la vía convencional. Ese mismo año se unió con Ortega, justo después de que su profesor Pedro Quintana se fuera para Venezuela a cumplir misión.
«Estos 16 años junto a Rieldis los considero como una bendición, pues además de ser el mejor entrenador que pudiera pedir, también se ha convertido en mi gran hermano y amigo. A lo largo de este tiempo hemos logrado unos cuantos resultados importantes y espero que nuestra unión siga dándole alegrías al deporte cubano», confiesa Yunier, con quien JR contactó a través de las redes sociales.
Por su parte, el coach granmense considera a su discípulo como atleta capaz de alcanzar todo lo que se propone. Para él, la principal fortaleza de Yunier es su espíritu de competencia que lo lleva a superarse diariamente. Además, reconoce su diciplina y pasión por lo que hace, dos cualidades que lo convierten en uno de los mejores jugadores de América.
«Ya estuvo cerca de una presea en Beijing 2008 y ahora estamos seguros de que en Tokio verá ondear la bandera cubana en el podio del paratenis de mesa», declaró Ortega durante nuestra conversación.
El primer momento relevante de esta dupla tuvo lugar en los Juegos Parapanamericanos de Río de Janeiro 2007. En ese momento el artemiseño cumplió su deseo de vestir los colores de su país y defenderlos internacionalmente y de alcanzar una medalla para la Mayor de las Antillas, la cual le permitió clasificarse a Beijing. Aunque al final en la cita bajo los cinco aros no logró llegar al podio, su buena actuación le dio ánimo para continuar.
Desde entonces, el trabajo conjunto los llevó a celebrar varias preseas obtenidas en cada evento multideportivo continental, entre las que destacó el oro de Yunier en los individuales de Lima 2019, título que no solo fue el primero para Cuba en esa lid, sino que además les permitió regresar a las olimpiadas tras perderse las versiones de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016.
Actualmente, Yunier Fernández ocupa el sexto lugar en la clasificación mundial de su categoría, la T1, en la cual su rival más enconado es el surcoreano Jung Dae Joo, puntero del escalafón. Hasta la fecha, el antillano ha caído en par de ocasiones ante ese rival, aunque como se sabe, al final es la cancha la que determinará el resultado si se vuelven a cruzar en Tokio.
Como es natural, Rieldis reconoció que la preparación de este último año ha sido bastante atípica, pues debido a la pandemia se han debido adecuar los planes de entrenamiento. No obstante, ambos mantienen una mentalidad muy positiva y son optimistas al pensar en el cada vez más cercano objetivo de la cita estival.
«Personalmente, lo que más me ha afectado es que llevo todo este tiempo sin roce internacional y lamentablemente la situación actual con la COVID-19 tampoco ha permitido realizar competencia alguna a nivel local nacional», expresó Yunier, quien se declara gran admirador de su compatriota y excompañero de equipo, Isbel Trujillo, y del futbolista portugués Cristiano Ronaldo, dos nombres que para él son ejemplos de sacrificio, entrega y ansias de superación.
Ortega explicó a JR que en el presente la preparación de su discípulo marcha bien, enfocado en mejorar su condición física. Logrado esto, ya tendrían un buen tramo recorrido y faltaría pulir solamente los aspectos técnicos con tal de llegar a la urbe asiática en la mejor forma posible y así darle una gran alegría al pueblo cubano.
Paralelamente, junto con Yunier también entrenan la estelar holguinera Yanelis Silva y el villaclareño Erick Manso, otros dos serios candidatos a representar a la Isla en Tokio. No obstante, ellos dos aún deberán vencer en el torneo preolímpico si quieren unirse a la fiesta deportiva más grande de todas.
En un punto de la conversación, surgió el tema de las posibles transmisiones televisivas de los próximos paralímpicos, algo que seguramente agradecerían la mayoría de los aficionados cubanos. Aprovechando el momento, le preguntamos a Yunier su opinión sobre aquellos que han manifestado sentirse incómodos o apenados al ver a través de la pantalla competir a los atletas no convencionales.
«A esas personas les diría que quienes realmente dan lástima son esos que no desean vivir, ni tienen objetivos en la vida. Cada uno de nosotros, los atletas con discapacidad, somos como un David que luchamos contra el Goliat del prejuicio, y día a día nos imponemos gracias a nuestros resultados».
Esta dupla de soñadores quiere dejar su huella en la capital nipona. Foto: Cortesía de los entrevistados