Laina aportó el primer oro cubano en los Juegos Panamericanos de Lima. Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 09/06/2020 | 08:38 pm
Era la jornada del 27 de julio de 2019, un sábado diferente para todo un continente, pues la noche antes habían sido inaugurados los Juegos Panamericanos de Lima, Perú. En Cuba no había amante del deporte que no estuviera pendiente de lo que sería el primer título del evento para la Mayor de las Antillas; pero mientras cámaras, grabadoras, reporteros y aficionados se enfilaban hacia otras disciplinas, una joven matancera a punta de pistola nos obligaba a ovacionarla.
Aquella fría mañana Laina Pérez Fagundo no solo conquistó la primera medalla de oro de la delegación cubana en el certamen, sino que también logró tocar el cielo con la punta de los dedos, gracias a que ese metal dorado en la modalidad de pistola de aire a diez metros, fue un pasaje sin escalas rumbo a la cita estival de Tokio. Sus primeras Olimpiadas tras 12 años de intentos.
Sin embargo, luego de que la COVID-19 impactara al mundo, la cita nipona tuvo que frenar en seco, y con ello también se detuvieron las ilusiones de miles de atletas, incluyendo las de la pistolera de Jagüey Grande.
«Cuando empezaba la incertidumbre alrededor del nuevo coronavirus a nivel global y no se sabía qué pasaría con Tokio 2020 fue muy difícil para mí porque no podía entender ni asumir que después de tantos años sorteando obstáculos para alcanzar el cupo olímpico, se me fuera de las manos sin poder hacer nada», nos confesó Laina vía internet.
«Tengo todas mis esperanzas puestas en que podré asistir el año próximo, porque me niego a contemplar la posibilidad de una suspensión de los juegos. Como dice mi entrenador Dariel Suárez: hay que mantener la mente positiva.
«Para mí no ha sido un sacrificio tener que quedarme en casa porque me encanta, además como la mayor parte del año estoy en La Habana entrenando o en el extranjero cuando hemos tenido la oportunidad, el poder estar junto a mis padres y mis hermanos tanto tiempo es maravilloso. Sin duda es lo que más agradezco, disfrutar de mi familia», dijo.
Igualmente, declaró que tampoco descuida su preparación, «aún cuando me siento en cero en lo que a entrenamiento con armas se refiere; sin embargo, trabajo la parte física para ejercitar los brazos, así como el tren inferior (piernas).
«Tengo el apoyo de todos en casa, mi entrenador está siempre pendiente de mí, al igual que el comisionado del deporte y la dirección del Inder en general, llaman regularmente y están al corriente de nosotros los atletas, eso me consta», explicó Pérez Fagundo, quien confesó a Juventud Rebelde estar dedicándole tiempo a otra de sus pasiones, los idiomas.
La joven tiradora cubana se encuentra de manera autodidacta estudiando coreano, pues se declara fiel seguidora de las series televisivas de esa nación asiática, a la espera de que la COVID-19 le permita volver a los entrenamientos. Para la excepcional pistolera yumurina poder disparar su arma bajo los cinco aros no se trata de un sueño trunco, tan solo lo ha puesto en pausa.