Solís volvió a caer ante Flicker. Autor: Judo Inside Publicado: 21/09/2018 | 09:05 pm
En la historia del deporte ha habido rivalidades muy enconadas. Stevenson y Visoski, Spaski y Fischer, Nadal y Federer, o Industriales y Santiago de Cuba, son solo algunos de los «mano a mano» que han marcado de una forma u otra la manera en que percibimos el panorama deportivo.
Para Osniel Solís la historia es parecida. El judoca cubano también tiene su némesis, y se llama Tal Flicker. Ayer, en la segunda fecha del Campeonato Mundial de la disciplina, el joven de los 66 kilogramos volvió a tropezar con esa «piedra» que ha sido el atleta israelita.
La historia de Budapest 2017 se repitió ahora en Bakú, donde luego de vencer en sus dos combates iniciales, el antillano no pudo dominar con sus técnicas al bronce planetario de la edición pasada.
El debut de Solís, quien había quedado bye en la ronda inicial, fue esta vez contra el desconocido iraquí Mohammed Alsaedi, un obstáculo contra el cual debió batallar hasta la regla de oro para poder avanzar a su siguiente pleito gracias a un wazari.
También por wazari se deshizo del belga Kenneth Van Gansbeke, y a continuación, ya en la final del pool A frente al del Medio Oriente, fue amonestado par de veces antes de ser víctima de una proyección similar.
Para el titular panamericano de 2017 y 2018 este resultado, a pesar de quedarse sin medallas, significó la obtención de puntos importantes para el ranking, razón de más para continuar ascendiendo de cara al ciclo que está por delante, y que tendrá en Tokio 2020 su colofón.
Hoy será el turno de combatir para Anailys Dorvigní (57 kg) y Magdiel Estrada (73 kg), quienes tendrán como contrincantes a Christa Deguchi (Canadá) y Lukas Reiter (Austria), respectivamente.