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Mordidas, de racha en racha

 Los Cachorros de Holguín comenzaron perdiendo siete partidos en línea y cuando algunos los volvían a poner en la lista de los que no iban a avanzar, ripostaron con otra racha, pero de éxitos

Autor:

Norland Rosendo

Si hay un equipo «rachero» en este campeonato, ese es Holguín. Los Cachorros comenzaron perdiendo siete partidos en línea y cuando algunos los volvían a poner en la lista de los que no iban a avanzar, ripostaron con otra racha, pero de éxitos, que terminó en ocho, tras caer ayer ante un Matanzas que se está volviendo a parecer al que era antes de que lo dirigiera Víctor Mesa.

Cuando les tocó enfrentar a los bicampeones nacionales de Granma, un rival que tradicionalmente ha doblegado a los Cachorros, estos tenían balance de un solo triunfo y ocho reveses en la serie. Sin embargo, ese pareo con sus vecinos les deparó una sorpresa agradable, no solo les pasaron la escoba a los Alazanes, sino que les marcaron 36 carreras. Semejante impulso resucitó a los muchachos de Noelvis González.

Volvieron a sacar la escoba ante Artemisa, que viajó hasta la urbe oriental con uno de los mejores promedios ofensivos de la temporada, y si no repitieron la dosis ante Pinar del Río se debió a la complicidad de la lluvia, que permitió efectuar solo dos cotejos en la tierra de los Vegueros, cuyo pitcheo (pese a las ausencias de los contratados, sigue siendo fuerte) tampoco pudo enmudecerlos.

La línea ofensiva de los holguineros —AVE (.293)/OBP (.374)/SLU (.448)— está por encima de la media del torneo en todos los indicadores, y su poder aislado (slugging-average) es de .155, mejor también que el promedio del campeonato y se ajusta a los valores de las ligas de mayor categoría en el mundo.

La tendencia del béisbol moderno es producir carreras con la menor cantidad posible de conexiones; disponer de hombres de poder en la alineación que liguen muchos extrabases, aumenta las posibilidades de remolcar a los que encuentren en las almohadillas. Los holguineros, además, disparan un jonrón cada 33.9 veces al bate, la cuarta mejor frecuencia de vuelacercas de la serie. De los 235 corredores encontrados en posición anotadora, han fletado 64, para un notable 27 por ciento de efectividad.

En ese despliegue ofensivo está la esencia de la vigorosa reacción de los Cachorros justo en el momento preciso, pues con un calendario tan corto de apenas 45 desafíos las demoras en despertar cuestan muy caro.

Halados por Yunior Paumier, un jugador muy versátil al campo y cuya línea ofensiva (.364/.465/.618) es la mejor del elenco, el ataque y la defensa de los holguineros se reforzará notablemente cuando regrese de la Liga Can-Am su paracortos titular Yordan Manduley, uno de los principales peloteros que juega en la Serie Nacional.

Aunque el lanzador Meracles Oris exhibe una efectividad de 0.96 y ocupa el tercer puesto en el ranking del torneo, pese a que su control no es nada bueno, pues ha regalado 16 boletos, el doble de los ponches que propina, el staff de manera colectiva tiene números por debajo de la media, y el nuestro no es un campeonato que se distinga por el dominio de los serpentineros.

Ni la rotación abridora ni el bullpen bajan de cuatro carreras limpias por partido y embasan, como promedio, a más de un hombre y medio por inning, y en eso influye que transfieran a más de cuatro bateadores por juego, casi la misma cantidad que ponchan. Solo dos cotejos han salvado los relevistas, de tres posibilidades que han tenido.

Los Cachorros ya están en zona de clasificación. Han llegado hasta ella mordiendo callados, de racha en racha, una mala y otra buena; les queda ahora estabilizar el paso y seguir con su productivo ataque, pues en esta Serie con batear solo se gana.

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