30
Foot cover de Noticia Autor: Juventud Rebelde Publicado: 05/02/2018 | 11:11 pm
GUADALAJARA.— Cinco series después de su regreso al clásico caribeño, ya Cuba no es el equipo aquel que llegó en 2014 a Isla Margarita sin saber a ciencia cierta en qué «estadio» había aterrizado. Ni siquiera al año siguiente, cuando los Vegueros tuvieron una reacción brutal en la semifinal y no pararon hasta la conquista del oro, dejaron una impresión tan grata como esta que van teniendo los Alazanes de Carlos Martí.
En Culiacán 2017, los muchachos de Granma y compañía ganaron tres juegos y perdieron dos; ahora, sin contar el desenlace de anoche, suman otro par de éxitos, pero lo mejor, según coinciden varios expertos es cómo está jugando la caballería. Ese ha sido uno de los temas de las «tertulias internacionales» en la sala de prensa.
De salir sin muchas expectativas precompetencia, ya hay varios colegas que aseguran que los Alazanes trotarán en la final del jueves. Ese pronóstico se sustenta en que han visto un equipo que cumple los fundamentos de juego; ha sabido dar flies de sacrificios, sacar los outs importantes, y en especial, como me comentó un experto en Grandes Ligas y muy conocedor del béisbol cubano, están jugando de forma lineal, o sea, sin altibajos. «Lo hacen de la misma manera cuando están ganando que cuando van debajo en el marcador, y eso es muy importante».
Es interesante que uno de los aspectos que más le critica la prensa y la afición cubana a Carlos Martí, el manejo de los pitchers, tenga otra lectura para alguien que trabaja en la Meca del béisbol mundial. «Esa es la pelota de Cuba en cuanto al empleo del bullpen. Lo mejor es que no imiten los modelos de otros circuitos; sean auténticos y busquen los triunfos con su escuela. Carlos les da confianza a sus jugadores. Sucedió con Alaín Sánchez en el segundo partido, si ese lanzador lo llevó a ganar el campeonato y estaba bien, pues lo dejó. Eso no está mal».
Sin contabilizar las estadísticas de anoche, los Alazanes eran el elenco que menos pitcheres utilizaba por cada nueve innings. El abridor y dos relevos, el segundo de ellos, Raidel Martínez, para poner un tapón cuando los rivales amenazaban y no al comenzar el último capítulo. Los demás equipos apelan más a su bullpen, entre cuatro y cinco, como promedio.
Al cierre de esta edición los Alazanes de Granma enfrentaban a las Águilas Cibaeñas. Un triunfo de los dominicanos dejaba automáticamente fuera a los anfitriones. Así que cuando usted lea esta nota ya sabrá si el juego de hoy tiene algún valor para los Tomateros de Culiacán o si saldrán al terreno con las gradas casi vacías.
Por cierto, los boletos para este torneo no están baratos. Cuando juegan los Tomateros, un asiento en la parte alta del estadio, el lugar menos costoso, puede valer 700 pesos mexicanos, diez veces el salario mínimo de un obrero en esta ciudad. No me pregunte cuánto cuesta en la zona VIP...
El estadio Panamericano es famoso, entre otras cosas, por los batazos siderales, y tras los cuatro batacazos del lunes por la tarde, no hay duda de que aquí se va a disparar el bambinazo número mil en la historia de las series del Caribe. Antes del juego de anoche, 999 pelotas habían viajado al otro lado de las cercas desde la edición inaugural de estos torneos, en 1949. ¿Será —o sería— un cubano el afortunado?.
Este lunes fueron publicadas las naciones sedes del Clásico del Caribe hasta 2022. Serán Venezuela (Barquisimeto), Puerto Rico, México (Mazatlán) y República Dominicana, en ese orden. Así que Cuba, si piensa entrar en la rotación, deberá esperar al próximo quinquenio.
