El pueblo de Bayamo está en Carnaval, y ello se multiplicó con la inauguración de la 57ma. Serie Nacional de Béisbol. La fiesta se trasladó al Mártires de Barbados, cuartel general de los Alazanes de Granma, y actuales campeones.
Poco antes de que el serpentinero local César García lanzara la primera Mizuno, los coches a caballo desfilaron por el terreno al ritmo de Adalberto Álvarez y su Son.
Cándido Fabré cantó en el diamante. Su voz ronca, sonera, «aguardientosa», solicitó el aplauso para Fidel, «el gigante que nunca voy a olvidar». A él está dedicado el campeonato. Y el público respondió.
Guillermo Avilés, jugador más valioso del pasado play off, y Ulises González, destacado árbitro, leyeron los respectivos compromisos de atletas y jueces a favor del juego limpio.