Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Otra vez la catana, queda deshojar tulipanes…

La derrota de Cuba frente a Japón en la segunda ronda del torneo deja a la selección antillana una sola opción de seguir con vida: ganarle a Holanda y que pierda Israel

Autor:

Norland Rosendo

TOKIO, Japón.— Carlos Martí, el mentor de Cuba, se volvió «loco», e hizo más cambios en la alienación de los que se habían pronosticado. Yosvani Alarcón asumió la receptoría, Yurisbel Gracial pasó a la intermedia y dejó la antesala para Jefferson Delgado, mientras Víctor Víctor Mesa sustituyó a Yoelkis Céspedes en la pradera derecha.

Todos los que entraron tuvieron protagonismo, unos a la ofensiva y Jefferson en la custodia de una esquina que no deja de estar caliente ni en una ciudad invernal como esta. Cerca estuvo la selección antillana de una victoria frente a Japón que le hubiese puesto medio pie en la semifinal del 4to Clásico Mundial de Béisbol.

Pero en el octavo, los anfitriones complacieron definitivamente a un público que no cesa en sus cánticos cuando los suyos van al bate y que se jacta de inventar la ola japonesa: en vez de hacerla de una banda a otra del graderío, es más estática, pero igual de rítmica: se paran y se sientan al compás de la música y los susodichos coros, uno para cada jugador.

Fotos: Ricardo López Hevia

A esa afición delirante y disciplinada, los samuráis le regalaron tres carreras que quebraron el abrazo a cinco cuando a los cubanos les quedaba solo una oportunidad al bate. Con ese éxito los locales prácticamente aseguraron por cuarta vez su pase a la ronda de los cuatro grandes del torneo. Japón es el único equipo con ese privilegio en la historia de los Clásicos.

Cuba seguro que va a soñar con dos bateadores japoneses, el primer hombre en el line up, Tetsuto Yamada, autor de par de bambinazos que aportaron tres anotaciones, y del cuarto en la tanda Yoshitmo Tsutsugoh, quien disparó tres cohetes al jardín central y remolcó dos. O sea, entre ellos conectaron seis de los nueve hits de su equipo e impulsaron cinco de las ocho carreras.

Igual que en el partido en la primera ronda, los cubanos descifraron los pitcheos de los japoneses y ni el mismísimo Tomoyuki Sugano salió ileso. Se fue del montículo después de cuatro entradas y cuatro anotaciones permitidas, aunque ponchó a seis cubanos.

Luego vimos la fórmula de un serpentinero por inning que le dejó buenos dividendos al alto mando de la novena local.

Fotos: Ricardo López Hevia

Por los caribeños, Alarcón se apuntó tres incogibles. Y ya que hablamos de receptores, el médico del equipo, Francisco Montesinos, nos actualizó sobre el estado de Frank Camilo Morejón: tiene una sacroileitis, con dolor en la pierna y la cadera izquierda, de la que fue operado hace unos años. Esta lesión es como consecuencia de la caída aparatosa intentando fildear una bola cerca del banco en el juego contra Australia. Ni hoy ni mañana podrá jugar, se espera que evolucione al tratamiento medicamentoso y fisioterapia, y después evaluaremos el caso.

Por su parte, Víctor Víctor bateó a la hora buena y mandó a dos compañeros para la goma, que le dieron ventaja parcial a su equipo, de 4-2. Gracial sigue fuera de serie con el madero y despachó jonrón y tubey, y Jefferson se lució en lances incómodos.

Desde el box, las palmas una vez más par Vladimir Baños, que dejó el juego a su favor y dos corredores en base que su relevo, Yoanni Yera, no pudo evitar que anotaran. Y también merece elogios Miguel Lahera, a la postre el perdedor, pero por uno de esos errores que nadie quiere cometer y que cuestan el partido.

Quizá William Saavedra no duerma esta noche pensando en ese instante en que no pudo capturar con su mascotín el tiro de Alexander Ayala, un poco bajo, pero no imposible para un inicialista. Fue un error costoso, pero eso está en el juego.

A lo mejor (ojalá) en el duelo contra Holanda, el pinareño se desquita con los dos o tres buenos batazos que le debe a la afición cubana en este certamen.

Fotos: Ricardo López Hevia

Para Martí, y para mí también, fue un buen juego. «Los dos conjuntos dieron batalla, en el béisbol suceden esas cosas ingratas que deciden en un resultado. Japón es uno de los mejores equipos del Clásico, muy compacto, y nuestros muchachos les han bateado par de veces, lástima que el pitcheo no haya aguantado», comentó el estratega.

Sobre los cambios, dijo que repetirá la misma alineación contra Holanda. Le preguntaron que si en el mismo orden, y respondió que sí, por lo que no tiene idea de darle más responsabilidad a Alarcón y menos a Saavedra.

Con par de derrotas Cuba aún no está eliminada, pero su suerte depende de que venza a Holanda en el cierre de la segunda ronda y que después Japón, invicto en cinco juegos, derrote a Israel. De esa manera, quedarían tres equipos con igual balance de un triunfo y dos derrotas y los nuestros jugarían el partido de desempate.

Casi doy por seguro el éxito de los samuráis sobre el elenco que representa a Israel, pero los dirigidos por Carlos Martí tendrán que crecerse para doblegar a un adversario que en los últimos seis años ha salido airoso en cuatro de los cinco duelos sostenidos entre ambos planteles.

«Como cubanos, nunca nos damos por perdidos, hasta el último out daremos pelea; mientras nos quede vida seguiremos buscando la victoria», confesó Jefferson Delgado al término del juego.

Y Martí confía en que sus muchachos salgan a divertirse, a dar otro buen espectáculo, y que Lázaro Blanco, Vladimir García y Liván Moinelo puedan aportar el éxito que conserve la esperanza de viajar a Los Ángeles, sede de la semifinal y final del evento.

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.