De las numerosas disciplinas que en la UCI se practican, el fútbol es una de las que más popularidad tiene entre alumnos y recién graduados. Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 21/09/2017 | 06:41 pm
Son las tres de la tarde y hay un sol que estremece el asfalto. Ni remotamente se asoma una nube protectora. Más de 200 estudiantes están inquietos en la salida, hablan entre ellos, sudan copiosamente bajo el tórrido clima caribeño, pero no pierden la vehemencia que los ha llevado a competir en uno de los tantos maratones estudiantiles que efectúa en el año la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), enclavada en la periferia habanera.
Aunque para muchos la intención de llegar primero es una exigencia, el espíritu de participar se apodera de todos los concursantes, hembras y varones, estudiantes y exalumnos, hoy profesores, de este centro educativo. Al mismo tiempo que la muchedumbre cumple el trazado exigido, en otras instalaciones se siente el fragor de los duelos de fútbol sala, voleibol, béisbol y otras disciplinas. El deporte y la actividad física circulan por las venas de la UCI en todo momento y han hecho de esta universidad un gran referente cuando del ejercicio del músculo se habla.
Carlos Ismel Sobrado Olalde, director de Deportes de la UCI, explica que el preámbulo son las clases, en las cuales se realizan captaciones a los estudiantes con potencialidades para la práctica del ejercicio físico. Tienen estructurado un sistema deportivo que permite la realización de distintas actividades con resultados significativos, entre las que destacan la participación en los maratones, que ha ido creciendo de manera considerable, tanto en los convocados por el Proyecto Marabana, como los planificados por la propia Universidad.
«La captación, el seguimiento y la atención constante a nuestros atletas nos ha conducido a obtener el primer lugar provincial, superando incluso a la Universidad del Deporte Manuel “Piti” Fajardo. La atención durante y después de cada competencia a los protagonistas de los resultados ha estado siempre presente, al igual que no hemos dejado a un lado a los muchachos que no son de alto rendimiento, pero que también ofrecen sus aportes. Ahí ha estado el secreto de esa constancia de grandes desempeños», afirma Carlos Ismel.
Es imperdonable ignorar el mayor show deportivo que anualmente acontece en este centro educativo, los Juegos Mella, fiesta que involucra de una forma u otra a casi toda la masa estudiantil. Sobrado Olalde manifiesta que esta actividad se nutre de los Juegos Interfacultadades, que se desarrollan de octubre a diciembre, y en los que participan las cartas más valiosas de cada facultad.
Posteriormente —amplía—, en febrero se comienza a sentir ese ambiente armónico y pintoresco que rodea a los Juegos Mella, un espectáculo esperado por la inmensa mayoría de los educandos, personal docente y de otras áreas.
«A pesar de que no se suspenden las clases, muchos jóvenes asisten. Día, tarde y noche se aprecia la participación de los atletas y la asistencia de los espectadores. Es resultado del esfuerzo de muchas personas y algo que siempre se asegura con gran sacrificio es la premiación. Se han invitado a varias glorias deportivas; se ha encendido el fuego olímpico —como le llamamos aquí—; se han creado numerosas pancartas en señal de estímulo a los competidores. Es todo un espectáculo que cada año nos exige más.
«También tenemos encuentros deportivos de carácter externo, con topes que realizamos de fútsal, baloncesto y voleibol en La Lisa; además estamos insertados en la Copa de fútsal Jorge Gelabert in Memóriam. Hemos topado con la Escuela Interarmas y con la Academia del Minint Capitán San Luis; también se han invitado a las novenas de béisbol de Artemisa y Mayabeque para que choquen con nuestro equipo. Siempre estamos buscando la pluralidad de enfrentamientos», expone el directivo.
La cantera, efervescente
Si alguien se ha involucrado profundamente en los designios deportivos de la UCI, ha sido el habanero Yosvany Estrada Hernández, estudiante de quinto año y vicepresidente de Extensión Universitaria. Él señala que «desde inicio de curso empezamos bien arriba, preparando mundialitos de fútbol, participando en las distintas maratones y otros torneos. Le ponemos todas las ganas a los Juegos Interfacultades, para luego disfrutar de lo lindo con nuestro máximo espectáculo deportivo, que son los Juegos Mella, los cuales abarcan 29 disciplinas».
Por su parte, la matancera Solanch Ríos Portillo, alumna de cuarto año, tenía un antecedente en la práctica del voleibol, por lo que paulatinamente se fue acostumbrando a la dinámica competitiva que exigía la institución de altos estudios. Le ha ido muy bien, en buena medida gracias al interés que le ha puesto y a la motivación de los profesores para que ella y sus compañeros obtengan rendimientos notables.
Un caso similar es el del camagüeyano Olivert Borges Leiva, estudiante de segundo año, quien juega voleibol desde octavo grado y cuando ingresó en la universidad lo comenzó a practicar con más organización, para rápidamente integrar el equipo UCI. «Me atrevo a decir que mi escuela está en planos estelares a la hora de hablar del movimiento deportivo a nivel nacional, porque decir ejercicio físico en esta institución es referirse a un fenómeno multiplicado, y eso sin restarle mérito a los Juegos Caribe, que tienen su prestigio bien ganado», apunta el agramontino.
Lo que bien se hace, nunca se olvida
El holguinero Pedro Manuel Salas Leiva tiene 27 abriles y es profesor de Matemática. Hace algunos cursos se graduó, pero le ha resultado imposible desprenderse de un movimiento deportivo que tanto le aportó a su vida estudiantil. Comenta que este centro docente se ha caracterizado desde su fundación por siempre darle una importancia a la extensión universitaria, dígase festivales culturales o actividades deportivas.
«A pesar de haberme graduado hace cuatro años, me he mantenido como atleta activo porque la Informática es una carrera bastante sedentaria. Mi válvula de escape es practicar deportes y, además, soy uno de los más veteranos en el equipo UCI de voleibol, algo que me aporta la responsabilidad de ayudar a los más jóvenes y de mantener o mejorar los dos bronces nacionales obtenidos», confiesa.
La santiaguera Yordanka Fuentes Castillo, especialista B y profesora de la Facultad Introductoria de las Ciencias Informáticas, en su período de alumna compitió en casi todas las disciplinas que conforman el programa femenino y conquistó dos títulos y un segundo lugar en gimnasia.
Actualmente ella apuesta porque nunca se apague el espíritu por el ejercicio físico, al igual que el guantanamero Michael Brug Santrayll, miembro del Departamento de Componente del Centro de Telemática. En su época de alumno practicó baloncesto, voleibol y atletismo, algo que no ha sacado completamente de su rutina. Dice el joven: «El apoyo que yo recibí del claustro profesoral es el mismo que existe hoy. Un respaldo consistente en la reestructuración de las clases y en el aseguramiento de la logística, entre otros aspectos».
Búsqueda del refinamiento
«Tenemos muchas pretensiones, pero una de las más importantes es aumentar el número de campeones nacionales, que sin dudas es la muestra mayor del trabajo y dedicación que se viene realizando. También aspiramos a que se logre una más amplia conciencia de la actividad física, para que los alumnos contrarresten las varias horas de sedentarismo que emplean en la ejecución de proyectos informáticos con la práctica del deporte, asegura Carlos Ismel Sobrado Olalde.
«Asumimos el reto de lograr que el mayor número de atletas nuestros sean promovidos a preselecciones nacionales, como ocurrió con el judo, el tenis de mesa, el fútsal y la lucha. Si eso ocurre, se logrará una mayor identificación con el aula, la facultad, la Universidad y el país», agrega.
Expone que las esferas pertinentes de la Universidad están inmersas en restaurar la mayor cantidad posible de áreas deportivas, debido a que ha aumentado la masividad de la actividad física interna. «Hay que seguir buscando alternativas con los implementos deportivos, pues como se sabe, lo básico es la docencia, pero no se pueden descuidar los entrenamientos de nuestras principales figuras», advierte.
Un punto sobre el que insistió el directivo durante toda la conversación fue el referente a la vinculación de los estudiantes discapacitados con el movimiento deportivo y la actividad física. «Nos hemos centrado en tratar de integrar los cinco estudiantes que tenemos con determinadas discapacidades físicas, pues ellos salen muy poco de sus aulas o dormitorios. No se les exige que sea de manera directa con el ejercicio físico, sino como parte de comisiones de embullo, que sean testigos presenciales del deporte que aquí se practica», enfatiza.