Fumigaron el tabaco

Afortunadamente, amainaron los problemas estomacales que afectaron a los jugadores de Pinar del Río y Guantánamo, y este miércoles ambos equipos pudieron recuperar el duelo suspendido con un doble programa de desenlaces dispares. Mientras los Indios del Guaso dividían honores en Villa Clara, los monarcas vueltabajeros sometieron par de veces a Mayabeque, para así conseguir su quinto triunfo sucesivo.

De tal forma, en un abrir y cerrar de ojos, la tropa de Alfonso Urquiola se colocó en zona de clasificación, con el valor añadido de que en su cuenta hay un déficit de cuatro partidos por celebrar. Entrar de lleno en el privilegiado pelotón de los ocho parece entonces cuestión de tiempo, si logran estabilizar su desempeño, sobre todo en el acápite ofensivo.

La primera presentación ante los Huracanes fue todo un festín de bateo que desembocó en un incontestable nocaout en apenas siete entradas. Un total de 22 imparables y un racimo de nueve anotaciones en una interminable sexta entrada fueron una prueba más de que los tabaqueros comienzan a dar los pasos necesarios para defender la corona.

El zurdo Julio Alfredo Martínez vio algo afectado su extraordinario promedio de carreras limpias por el solitario vuelacercas de Danger Guerrero, pero sus compañeros se encargaron de minimizar los daños. La tanda gruesa —Lorenzo Quintana, William Saavedra, Luis Alberto Valdés y Osniel Madera— carburaron a sus anchas frente a los lanzadores locales, y ahí está una de las claves principales para el resurgimiento de un equipo que posee uno de los mejores cuerpos de pitcheo del campeonato.

De ellos, han sido el torpedero Valdés y el jardinero Madera dueños de los numeritos más notables. Durante los últimos cinco desafíos, el primero bateó para .600, con dos vuelacercas y diez carreras empujadas, mientras que el otro lo hizo para .588, con un cuadrangular y cinco remolques.

A segunda hora fue mucho menos escandaloso el ataque, pero en el último suspiro nuevamente la oportunidad de sus principales hombres —doble de Saavedra y cañonazo de Valdés— propició el empate. Luego, un triple del novato Lázaro Alonso con dos en base le puso «la tapa al pomo».

De conjunto, las mejorías en el bateo de los pativerdes son apreciables, pues solo en uno de sus cinco triunfos sucesivos no han podido conectar más de diez hits, y la media ha sido de 14. De ahí que muestren un promedio, en ese lapso de tiempo, de poco más de ocho anotaciones por juego.

Claro, que mantener estos altos estándares no es cosa de coser y cantar, pero no regresar al pronunciado slump que les acompañó hasta ahora pudiera ser, junto al más que aceptable desempeño de sus principales serpentineros, garantías suficientes para sobrevivir al primer corte.

En contraste, el joven elenco guantanamero parece estar perdiendo gas, pues solo ha ganado en una de sus últimas cinco salidas. Sucedió durante su segunda presentación frente a los Naranjas, cuando Lander Moreira y Roeldis Martínez unieron esfuerzos para colgarle nueve ceros a la representación local.

Fue esta una especie de venganza, pues en el enfrentamiento precedente el experimentado Luis Borroto tiró siete entradas impecables —dos hits y 11 ponches— antes de que Yasmani Hernández Rojas diera la segunda mano a la lechada.

En otros resultados de la jornada vespertina, Artemisa siguió encarrilando su clasificación con su segundo triunfo sobre los Leñadores tuneros, mientras que Holguín y Cienfuegos equilibraron su serie frente a Camagüey y Granma, respectivamente.