La auxiliar Jennifer Álvarez tuvo un aporte significativo en el triunfo. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 05:49 pm
Por mucho, la selección femenina cubana mostró este viernes su mejor cara en el torneo clasificatorio de la Norceca al próximo Campeonato Mundial, que a finales de septiembre próximo se disputará en varias ciudades italianas. De hecho, ciertas dudas sobre su capacidad para conseguir el único boleto disponible quedaron despejadas, y si hoy repiten el triunfo que en sets corridos consiguieron frente a las muchachas de Trinidad y Tobago, la tarea estará cumplida.
Claro, se trataba de un partido intrascendente, porque tanto las cubanas como las trinitarias ya tenían asegurado espacio en la final, pactada a partir de las 5:00 p.m. en el coliseo de la Ciudad Deportiva Capitalina.
Por lo visto en el duelo de ensayo, las discípulas de Juan Carlos Gala cuentan con todas las armas necesarias para dejar sin opciones a unas rivales de buen físico y que no desentonan en el aspecto técnico-táctico. La principal, ese saque potente que hizo estragos en la recepción trinitaria, más allá de representar 12 de los 20 errores no forzados —siguen siendo demasiados— que cometieron las anfitrionas.
A partir de la línea de servicios, con la central Alena Rojas —seis aces entre sus 15 tantos—, como principal artillera, se comenzó a tejer el cómodo triunfo en las dos primeras mangas con marcadores de 25-15 y 25-16. Sin ser un manojo de virtudes —a esa edad muy pocas lo son— es un hecho que con los pases de Yamila Hernández las transiciones de ataque fluyen mejor. Se notaron interesantes combinaciones con la prometedora opuesta Melissa Vargas (14 puntos) y la auxiliar Jennifer Álvarez (11), que de ajustarse más, se convertirían en herramientas de peso de cara a compromisos más exigentes.
¿Dónde aparecen las mayores dudas? Ya mencionamos los servicios malogrados, pero preocupan más esas pérdidas de concentración como las aparecidas en las postrimerías del tercer set, milagrosamente salvado con un favorable 26-24 gracias, todo hay que decirlo, a costosos errores del rival.
En fin, esta tarde sabremos si nuestras noveles figuras serán capaces de aprobar este examen que las llevará hasta un nivel superior. Conseguirlo, advierto, no alcanzará para soñar con proezas inmediatas, pero sí para acariciar la certeza de que, al menos, tendrán la oportunidad de seguir creciendo, porque de eso se tratará el desembarco en las costas italianas.
En cuanto al resto de la cartelera, también se repetirá el enfrentamiento entre las escuadras de Curazao y Haití, cuya versión precedente favoreció al primero, también en tres parciales que terminaron con pizarras de 25-16, 25-20 y 25-15. Un resultado inverso ahora, con el tercer lugar en juego, sería una soberana sorpresa.