Garrincha (7) y Pelé (a la derecha) devinieron figuras primordiales en los sucesivos triunfos de la selección canarinha durante las Copas del Mundo de 1958 y 1962. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 05:43 pm
El domingo 11 de noviembre del 2013, la tristeza irrumpió en la Liga Española de Fútbol. Corría el minuto 22 del duelo entre los clubes Barcelona y Betis, cuando el crack Lionel Messi sufrió su tercera lesión de la temporada, esta vez en el bíceps femoral de la pierna izquierda.
Según dictaminaron los médicos del cuadro culé en ese momento, Messi estaría dos meses de recuperación. Pero el delantero argentino se ha venido recuperando paulatinamente. Primero se fue a su país y ya está de regreso en Barcelona, donde se unió al entrenamiento con su equipo. Y esto se traduce en que a los hinchas del Barça —y también a los que no lo son—, les resta muy poco tiempo para ver sobre la cancha a esa tan soñada pareja de ataque que, sin duda alguna, deberá conformar con el brasileño Neymar.
Y ya que hablamos de duplas ofensivas, esta de Messi-Neymar les haría recordar a quienes peinan canas, aquella también de corte sudamericano formada por Diego Armando Maradona y Antonio Careca, quienes en el tramo final de la década de los 80 en el pasado siglo, llevaron al club Nápoles a niveles inesperados en el calcio italiano. Y a los más jóvenes les comento que a ellos se unía el anfitrión Bruno Giordano, para formar una letal delantera conocida como «Ma-gi-ca», por la sílaba inicial de cada uno de los tres apellidos.
Pero por estos días, entre las «sociedades» que sí vienen acoplando bien en España, aparece la que han creado el indetenible portugués Cristiano Ronaldo y el supersónico galés Gareth Bale, para hacer las delicias de los seguidores del Real Madrid. Es cierto que, al igual que Messi-Neymar, llevan muy poco tiempo juntos, pero ya se identifican mejor, manejan bien los tiempos y, a pura velocidad, quiebran cualquier sistema defensivo rival.
A través de la historia, el fútbol ha exhibido parejas sumamente acopladas, esas que levantan al graderío con sus precisas y bellas combinaciones sobre el pasto. Sin duda, una de las más afamadas la constituyeron el húngaro Ferenc Puskas y el argentino Alfredo Di Stéfano, quienes hace más de medio siglo lo ganaron todo con el Real Madrid. El poder perforador de ambos era letal. Tan es así, que la FIFA, en su gala anual por la entrega del Balón de Oro, también concede el Premio Puskas para reconocer el Mejor Gol del Año.
Casi paralelamente en el tiempo, también emergió a la palestra internacional el excepcional dúo brasileño de Pelé y Garrincha. La magnífica «samba futbolística» de ambos atemorizaba a sus contendientes. Tan preciso e indescifrable fue su accionar, que devinieron figuras primordiales en los sucesivos triunfos de la selección canarinha durante las copas del mundo de 1958 y 1962.
Entretanto, un poco más cercano a nosotros, nadie podrá olvidar jamás —en especial, los hinchas del Barça— ese peligroso tándem que integraron Ronaldinho-Samuel Eto’o, en el cual, el brasileño ponía la magia y el camerunés se encargaba de la definición ante la valla rival.
Igualmente, amerita citar las cinco exitosas temporadas que, en la era de los «galácticos» madridistas, firmaron el brasileño Ronaldo —máximo goleador en copas del mundo— y el inigualable Raúl, todo un ídolo de los fanáticos «merengues». Fue tanto el poder ofensivo de esta dupla en ese lapso, que consiguieron marcar la friolera de 197 goles. Casi nada, ¿verdad?
Y a pesar de saber que aún me restarían por mencionar muchas otras parejas famosas en el arte de hacer goles, aquí les van otras cuatro que marcaron pautas en sus respectivas temporadas: Cristiano Ronaldo-Wayne Rooney (Manchester United), Marco Van Basten y Ruud Gullit (Milán y Holanda), Bebeto y Romario (Brasil), y Marcelo Salas-Iván Zamorano (Chile).