Emily Borrell se ha destacado en el recibo. Autor: FIVB Publicado: 21/09/2017 | 05:40 pm
La fase preliminar del Campeonato Mundial de Voleibol para jugadores menores de 23 años tuvo este miércoles su última fecha, en la que se definían tres de los cuatro elencos que seguirían el camino con opciones de medallas.
A esa crucial jornada llegó la representación de China (11 puntos) con los boletos a buen resguardo, luego del triunfo el martes en cinco sets frente a la escuadra de Estados Unidos (9), que le aseguró uno de los dos primeros puestos de la llave B, sin importar el desenlace de su último compromiso ante las kenianas. No obstante, era altamente improbable que perdieran su invicto paso ante las africanas, únicas que no habían podido marcar la cruz en el casillero de victorias del grupo B.
La otra papeleta era rifada en el último turno de la jornada con un duelo entre estadounidenses y brasileñas, también dueñas de nueve unidades.
En el grupo A el imbatible elenco de Japón (10 puntos) buscaba certificar su pase frente a Turquía (8), mientras que las chicas de República Dominicana (10) eran favoritas para aventajar a las anfitrionas, quienes tampoco habían sonreído hasta el momento.
Para las voleibolistas cubanas —ubicadas en el segmento B— la fecha del adiós propiciaba una oportunidad de buscar un poco de consuelo con un segundo éxito, ante un cuadro alemán con similar balance de un triunfo en cuatro presentaciones.
Se esperaba que fuera este otro torneo de evaluación para la formación que dirige Juan Carlos Gala, en la que sobresalen algunas individualidades, pero carece de un eficiente trabajo colectivo.
Esta vez la referencia ha sido la central Rosanna Giel, pues hasta la última fecha preliminar exhibía un insuperable 57,14 por ciento de efectividad en el ataque. Además, compartía la décimo tercera posición entre las máximas anotadoras con 48 puntos, y era tercera entre las bloqueadoras más eficientes del certamen.
Otra que había logrado acaparar numeritos relevantes es la auxiliar Jennifer Álvarez, décima en efectividad ofensiva (41,56 por ciento) y cuarta entre las mejores desde la línea de servicio (siete aces).
A ellas se le suma la líbero Emily Borrell, con 31 de las 79 recepciones catalogadas de excelente, para un 31,65 por ciento de efectividad, que la coloca como segunda en ese escalafón.
Sin dudas, hay algunas señales que invitan al optimismo a largo plazo, porque la ruta para la resurrección del voleibol femenino cubano está hecha de muchos poquitos, y se necesita de un enorme esfuerzo para poder juntarlos.