Los buenos resultados siguen dependiendo en gran medida de la efectividad en el ataque del capitán Wilfredo León. Autor: FIVB Publicado: 21/09/2017 | 05:21 pm
Era el 25 de mayo de 2008. Un rejuvenecido equipo cubano de voleibol buscaba en la ciudad alemana de Dusseldorf concretar sus sueños olímpicos. Net por medio tenía a un elenco local que parecía dominable, sobre todo teniendo en cuenta la victoria frente a los españoles durante la anterior presentación.
El trayecto se antojaba predecible. Aunque tuvieron que emplearse al máximo para salir delante con un triunfo parcial de 26-24, los dirigidos por Orlando Samuels acariciaron los boletos hacia Beijing con otro favorable 25-21. Solo faltaba rematar la faena, pues el próximo rival sería la débil representación de Taipei de China.
Pero entonces la historia tomó un curso diferente. Hasta la misma afición local quedó sorprendida por la reacción de los suyos, quienes primero descontaron con un 25-21 y luego igualaron las acciones venciendo 25-18. En medio del nerviosismo, ninguna de las variantes utilizadas por el alto mando cubano pudo detener a los envalentonados germanos, y estos festejaron por todo lo alto el victorioso 15-13.
Así, todas las opciones cubanas quedaron reducidas a los desempates matemáticos, asumiendo a priori un holgado triunfo frente a los asiáticos y contando con que los ibéricos salieran airosos del partido de cierre ante los germanos. Sin embargo, los anfitriones volvieron a ganar en cinco peleados sets y certificaron merecidamente su clasificación olímpica.
Esta fue, a grandes rasgos, la síntesis de una «tragedia» que emerge ahora por esos caprichos de la historia. Dentro de unos días el equipo cubano volverá a Alemania para pelear un espacio en el torneo olímpico de Londres, y otra vez los anfitriones se revelan como sus principales contendientes. Mas reina el optimismo sobre un desenlace diferente.
Camino a la guerra
A mediados del presente mes en el horizonte del voleibol masculino cubano solo aparecían nubarrones. El torneo preolímpico de Norceca, en la ciudad estadounidense de Long Beach, no dejó muy buen sabor; no por desperdiciar allí una oportunidad a todas luces complicada, sino por las sorpresas encontradas en el camino.
La inesperada derrota frente a los canadienses en la fase eliminatoria cambió por completo el guión y abrió el cajón de las dudas. Finalmente no se pudo discutir la clasificación olímpica en el último partido, y desde el Viejo Continente llegaban inmejorables noticias del equipo alemán, que fue un obstáculo nada fácil para los italianos en la ruta hacia la capital inglesa.
Pero el panorama empezó a ser más alentador después de las primeras incursiones en la presente Liga Mundial. Los triunfos sobre Japón y Rusia, y un cerrado revés ante los serbios, fueron una cosecha inicial que dejó muy buen balance competitivo y anímico en un equipo cubano que tiene en la inexperiencia su principal lastre.
De regreso a casa, los jugadores cubanos confían en que pueden cumplir el objetivo. Luego del pálido desempeño de las muchachas en el preolímpico que hoy terminó en tierras japonesas, saben que de sus remates y bloqueos depende que un equipo de la Mayor de las Antillas defienda los colores patrios a los pies del Big Ben.
Difícil, pero no imposible
«Lo ideal hubiese sido tener algunos partidos más antes de irnos al preolímpico de Alemania, pero trataremos de aprovechar los días para llegar en la mejor forma posible», comentó a JR Samuels en medio de la primera jornada de entrenamiento después de la primera fase de la Liga Mundial.
Sobre la cancha sus discípulos cumplían las orientaciones del cuerpo técnico, mientras el estratega confirmaba que la rodilla de Osmani Camejo no estaba lista para una competencia de tanto rigor. Sin duda, en el centro de la cancha se concentran sus mayores preocupaciones.
«Es difícil cuando cuentas con jugadores de muy poca experiencia en esa posición. Isbel Mesa todavía necesita mejorar, y mucho más David Fiel y Danger Quintana, quienes hasta el otro día jugaban en la categoría cadete», explica el preparador.
No obstante, la actuación de Quintana en el duelo frente a los rusos parece haberle convencido para incluirlo en la próxima formación titular. «El muchacho ha crecido mucho desde que se integró al grupo, y lo demostró sobre la cancha. Seguimos mirando su evolución para tomar una decisión al respecto», sentenció.
El trabajo del equipo en el primer tramo de la Liga Mundial lo dejó satisfecho, pero Samuels está consciente de que el resto del camino será mucho más difícil. «Físicamente estamos listos para el reto. Fue muy bueno llegar al torneo con algunos partidos de preparación. Primero, jugamos varias veces en Argentina y eso se complementó luego con los seis partidos del preolímpico de Norceca. No hubiese sido lo mismo comenzar la Liga desde cero, y ya con ese camino recorrido llegamos en mejores condiciones a pelear por la clasificación olímpica».
La otra gran preocupación del entrenador cubano está fuera de la cancha. «Lamentablemente, llevamos mucho tiempo luchando partido por partido con el graderío en contra, y eso será muy complicado para enfrentar a un equipo como el alemán, de muy buen nivel, con jugadores muy altos, y ya bastante acoplados», argumentó el técnico cubano, sin menospreciar la calidad de checos e indios, los otros aspirantes al único boleto disponible.
Aún recuerda aquellos días finales de mayo hace cuatro años, cuando un público delirante celebraba la clasificación que a sus muchachos se les había escurrido, increíblemente, entre los dedos. Una vez más renovado, su equipo saltará a la cancha en busca de una deseada revancha.