El fútbol cubano sigue sin conseguir grandes resultados. Autor: Concacaf Publicado: 21/09/2017 | 05:07 pm
Sin rumbo quedó la selección sub-20 cubana tras igualar 0-0 frente a su similar de Trinidad y Tobago en el torneo Premundial de la categoría, que se disputa en Guatemala. Ahora los cubanos solo llegarían a buen puerto si hoy México golea a los trinitarios en el cierre del grupo D.
Así, se repite la historia del clasificatorio sub-17, jugado en Jamaica un mes y medio atrás. Allí los nuestros cayeron goleados ante Estados Unidos en el debut, igualaron luego frente a los panameños, y el desenlace entre norteños y canaleros nos despidió del torneo.
Más allá de esta ruta crítica, resulta imprescindible apuntar que, en los cuatro compromisos asumidos entre los dos torneos, los «menores» cubanos apenas lograron marcar un gol.
El dato pudiera pasar inadvertido, pero los dos recientes tropiezos de la selección absoluta frente a El Salvador y Panamá, más la incapacidad de anotarle al menos un gol a estos rivales del área, ponen al descubierto nuestras habituales lagunas.
No obstante, el mal nada tiene que ver con la envergadura de los partidos internacionales. Más bien parece ligado con la anemia crónica de goles que vive el actual Campeonato Nacional.
Mañana se jugará la octava jornada del calendario regular, y en solo una de ellas se ha registrado un promedio igual o superior a los dos goles por partido. El problema está de media cancha hacia adelante, y su reflejo se ve en las estadísticas de nuestros habituales goleadores.
Mientras el avileño Sander Fernández —máximo goleador del pasado torneo— ha dilapidado la mitad de la campaña sin anotar, el villaclareño Roberto Linares, referente en el ataque de la selección nacional, apenas ha marcado en par de ocasiones.
El tunero Geovanni Ayala, que como promedio anotó aproximadamente un gol cada 1,7 partidos durante los últimos tres torneos, solo ha perforado en dos de los siete compromisos de su equipo.
Otros, como el agramontino Armando Coroneaux, el avileño Alain Cervantes o el cienfueguero Yosniel, «Capi», Mesa, apenas se han hecho sentir. En tanto, artilleros de casta, como el pinero Yoandir Puga o el espirituano Ariel Martínez, quedaron marginados por la nueva estructura del torneo.
Truncada la clasificación al Mundial sub-17 y a punto de despertar del sueño de llegar a la élite en la categoría sub-20, solo nos quedaría el consuelo de una actuación decorosa en la venidera Copa de Oro. Pero sin enmendar cuanto antes nuestras carencias ofensivas, me temo que seguiremos quedando a la deriva. Y por buen tiempo.