El aguerrido delantero también cursa estudios superiores en la Escuela Internacional de Educación Física y DeportesUna de las grandes atracciones del 94 Campeonato Nacional de Fútbol —de asueto hasta el próximo 14 de enero—, es la presencia del jugador Elliot Rennie, natural de Granada, en el equipo de Ciudad de La Habana.
Elliot es un aguerrido delantero que casi siempre supera en velocidad a los defensores. Él nunca da por perdido un balón y posee una buena gambeta. Esto no solo le ha permitido marcar tres goles, sino también entregar la esférica a jugadores desmarcados en el área chica.
—¿Cómo llegas al equipo Ciudad de La Habana?
—Gracias al Estado cubano, recibí una beca para estudiar en la Escuela Internacional de Educación Física y Deportes, donde hay otros ocho estudiantes granadinos. Desde que llegué hace tres años, me puse a jugar fútbol. Y en un partido amistoso contra Ciudad de La Habana, en la cancha Polar, el técnico capitalino Roberto «el Nene» Hernández me preguntó si tenía interés en unirme a su equipo.
Mi respuesta fue positiva y aquí me ves, tratando de hacer siempre un mejor trabajo. He sabido compenetrarme con el grupo, pues todos los jugadores tienen muy buenas relaciones conmigo, tanto dentro como fuera del terreno.
—¿Jugabas al fútbol en Granada?
—Desde los ocho años allá era miembro del club A.S.OM.S. Sin embargo, me dediqué primero al atletismo y competí en las distancias de 800, 1500 y 10 000 metros. Esto me dio una buena base para finalmente decidirme por el fútbol, al extremo de que integré las selecciones nacionales sub 17 y sub 20 años.
—¿Los estudios no interfieren con el calendario del campeonato nacional?
—En ocasiones sí, sobre todo para ir a los entrenamientos, pero trato de no faltar. Este adiestramiento me ayudará no solo en las clases prácticas que debo ofrecer aquí en Cuba, sino también en las que impartiré a mi regreso a Granada.
—¿Te gusta jugar como delantero?
—Mi posición favorita es la de «enganche», porque sé conducir bien el balón y tengo muy buena capacidad física para hacérselo llegar a los centrodelanteros.
—Ahora que no abundan los goleadores en la selección nacional cubana, ¿te gustaría integrarla?
—Claro que sí, pero no puedo, porque ya fui miembro de varias selecciones nacionales en Granada.
—¿Aspiraciones?
—Ganar el título con Ciudad de La Habana, graduarme y regresar a mi país para impartir los conocimientos adquiridos aquí. Además, quiero incluirme en la selección futbolística mayor de Granada.
—Entonces, ¿veremos a Elliot algún día compitiendo contra Cuba en alguna eliminatoria caribeña?
—Quizá, y será muy difícil —responde con una sonrisa mientras acomoda su «especial» cabellera y se prepara para entrar en la cancha.