Dayron Robles Planas, campeón olímpico y plusmarquista mundial en los 110 metros con vallas, dijo que le impactó ver desde el aire los destrozos causados a nuestro país por el huracán Ike. Sin embargo, confesó que más triste fue contemplarlos por televisión, a miles de kilómetros de la Patria.
Durante el vuelo 720 La Habana-Guantánamo, Dayron solo dejó de ver la parte más occidental de Cuba, muy golpeada por los ciclones, así como el municipio especial Isla de la Juventud. En este último territorio, por cierto, nació realmente Dayron, aunque él reconoce que se formó como atleta revolucionario en Guantánamo.
El nacimiento en la Isla fue circunstancial: su madre, Nancy Regla Planas, decidió trasladarse hasta allí para que una tía colaborara con ella durante el parto que se avecinaba. Después del alumbramiento, la familia retornó a Guantánamo con el recién nacido y desde entonces el campeón no ha vuelto más por allá.
«Pero este es el momento ideal para ir y brindar personalmente mi solidaridad a los pineros. También estaré por Baracoa en estas dos semanas que tengo para recuperarme de mis lesiones. Quiero apreciar de cerca todo lo que devastaron aquellas horribles olas que vi por televisión», dijo Dayron.
Sobre el criterio casi generalizado de que tales lesiones se deben al exceso de competencias, Dayron aclara que todas sus presentaciones estaban debidamente planificadas por su entrenador, Santiago Antúnez, a quien respeta mucho. «En mi especialidad, puedes golpear una valla y lastimarte con frecuencia. Es algo normal», explica.
Finalmente, asegura que su primera misión en la vida es brindarle alegría al pueblo cubano, a Fidel, a Raúl, y a su familia. Y admite que es la primera vez que ofrece declaraciones de madrugada y a 18 000 pies de altura.