La entusiasta conga santiaguera está lista para cuando pasen los nubarrones. Foto: Franklin Reyes SANTIAGO DE CUBA.— Mientras la lluvia se enseñoreaba en la tarde noche del jueves en esta ciudad, la célebre conga santiaguera no paraba, no menguaba en las gradas del Guillermón Moncada.
Es un preludio de la gran fiesta que se espera aquí a partir de hoy a las ocho de la noche; eso si la señora caída del cielo deja, al fin jugar. «No han tirado la primera pelota por los aguaceros y mira como está la gente de alborotada», decía un citadino la víspera, para ilustrar la ansiedad de béisbol que hay en Santiago.
«¿Por qué no juegan a las diez de la mañana?». «Este viernes va a llover de nuevo». «Hace falta que pare este aguacero», son algunas de las frases de los aficionados para ilustrar ese deseo de ver en acción a los campeones nacionales y a sus retadores.
Y mientras el agua empantana la grama, todos en sus pronósticos dan por hecho que los locales destrozarán tunas. Sin embargo Albert Blanco e Irán Sánchez, cronistas radiales de la llamada tierra de la caldosa, creen que un factor favorece a los Leñadores: es un equipo sin nada que perder.
«Será un duelo de ofensiva, y si Las Tunas gana el primer choque con Yoelkis Cruz en el box (13-1 y 3,52 de PCL en la clasificatoria) puede haber de todo. Además la selección se ve dispuesta, alegre, ya sabe jugarle a Santiago, aunque nunca lo ha enfrentado en play off», expresa Blanco.
Ese mismo mensaje tratará de repetirlo el manager tunero Ermidelio Urrutia: nadie es invencible.
En tanto, Antonio Pacheco seguramente dirá en el mitin de hoy, antes del juego, lo mismo que ha repetido tantas veces: «No hay enemigo pequeño, nadie puede confiarse».
La carta santiaguera para este primer choque —más esperado ahora por la lluvia— será de seguro Norge Luis Vera, quien ya trabajó con efectividad ante los tuneros en la etapa regular.
De todos modos, sean o no Yoelkis y Vera los abridores este enfrentamiento entre dos conjuntos netamente orientales promete, sobre todo, batazos (son los dos más ofensivos del certamen). También augura magia, leña, conga, caldosa y calor, aunque la lluvia se obstine en formar un mar en esta ciudad.