El volante de contención Jaine Colomé es el mejor futbolista cubano del momento. Foto: Calixto N. Llanes En el fútbol, hay un real eslogan: el elenco que posea un buen mediocampo, las tiene todas consigo para imponerse. Por eso, Ciudad de La Habana se ufana de enrolar en sus filas al mejor jugador del país: el volante de contención Jaine Colomé, quien tiene 28 años.
Con gran astucia para proteger y entregar la esférica, Colomé ha sido el «cerebro» de su equipo, líder del grupo A en el Campeonato Nacional. Además, exhibió su maestría en la Copa de Oro Estados Unidos 2007 y en diversos topes de la selección cubana. Jugando con uno u otro conjunto, cuando los árbitros pitaron alguna falta a su favor, Colomé fue el encargado de pegarle al balón detenido... y lo hizo magistralmente.
—¿Cuándo comenzaste y cómo creces en el fútbol?
—A los siete años, en Puentes Grandes, con el técnico Gregorio Darmau, en la posición de líbero. Él me enseñó a jugar contra los mayores y a tener carácter para enfrentar el fútbol. En 1998 integro por primera vez el equipo de Ciudad de La Habana, y cuando le estaba «cogiendo el golpe» a este deporte, cuando mejor me sentía como futbolista, el 13 de febrero de 1999 sufrí una terrible lesión en un partido contra Villa Clara, en el estadio Pedro Marrero. Estuve casi dos años fuera de la cancha.
—¿Qué hace un volante de contención?
—Su función primaria es detener el ataque rival, con habilidades y mucho coraje. Luego, buscar las mañas propias para recuperar el balón en el mediocampo y hacerlo llegar a sus delanteros. Pero siempre pesará más la defensa.
—¿Cómo entrenas?
—Mi entrenamiento es como si estuviera en un juego. En ocasiones, mis compañeros y entrenadores me piden que descanse, pero nunca me ha gustado perder y por eso me preparo mucho. A mí me agrada golpear la pelota y tener precisión en los tiros. Siempre he confiado en mis dos piernas.
—¿Y los tiros a balón parado?
—Técnicamente, hago una carrera paralela a la barrera rival y golpeo la bola con el empeine interno. Eso requiere de mucho entrenamiento.
—¿A quién consideras el futbolista más integral de Cuba?
—El avileño Alain Cervantes es muy completo, pero simpatizo con el delantero capitalino Hensy Muñoz. Tiene muchas habilidades y es rápido como ningún otro. Solo necesita más carácter a la hora del juego. Entre los extranjeros, mi ídolo es el volante italiano Andrea Pirlo: sabe defender, construir y hacer pases a gol, además de pegarle exquisitamente a los balones detenidos.
—¿Tu mayor satisfacción en el fútbol?
—El gol de penal que anoté en Zulueta, para el triunfo de Ciudad de La Habana sobre Villa Clara (1-0) en el partido de ida del play off 2006. Había llovido y el árbitro debió contar los 12 pasos para poner el balón en el suelo. Y allí había un hueco lleno de agua. Le pedí que me permitiera sacarla, pues la bola se movía. Él que dijo que no y yo que sí, y ya casi a punto de amonestarme, le pegué a la pelota y la envié a la cabaña de Odelín Molina.