El GM Lázaro Bruzón participó en la simultánea gigante de ajedrez. Foto: Omara García, AIN CARACAS, Venezuela.— Un sabor a hermandad dejaron los II Juegos del ALBA: miles de latinoamericanos se reunieron en nueve estados venezolanos para competir por la unidad y la integración de los pueblos.
Mientras veíamos a tanta gente unida despidiendo esta fiesta deportiva, sentíamos la presencia de quienes sembraron la semilla. Bolívar y Martí, por un lado, y Fidel y Chávez, por el otro, unidos en un solo ideario.
En el patio de formación de la Academia Militar del Fuerte Tiuna, todo fue color este sábado. «Los Juegos quedarán para la historia, para vivir y soñar», dijo en la ceremonia de clausura Eduardo Álvarez, ministro del Poder Popular del Deporte en Venezuela.
Álvarez y Germán Sánchez, embajador de Cuba aquí, dejaron inaugurada la simultánea de ajedrez de 2 230 tableros, que contó con la participación de 260 trebejistas, entre ellos los Grandes Maestros (GM) cubanos Lázaro Bruzón, Jesús Nogueiras y Neuris Delgado, así como la GM Maritza Arribas, y las Maestras Internacionales Yaniet Marrero y Tania Hernández.
Al comenzar la simultánea, se escucharon numerosos morterazos y, al finalizar, el cielo se colmó de fuegos artificiales.
Luego, Roberto León Richard, vicepresidente primero del INDER y jefe de la delegación cubana a estos Juegos, recibió la réplica de la bandera que se izará en La Habana en la tercera edición, dentro de dos años.
Se apagó la llama deportiva, pero no el espíritu del ALBA, que se agiganta cada día.