Tal vez lo único más fuerte que el amor sea el desamor. Lo sabe bien Lawrence Ripple, un hombre de Kansas que fue a una sucursal bancaria, le entregó a un empleado un mensaje en el que decía tener un arma y le exigió el dinero de la caja. Cuando recibió cerca de 3 000 dólares se sentó a la puerta y esperó la llegada de los policías, a quienes explicó que había cometido el atraco porque no soportaba a su mujer. «Prefiero estar preso que en casa», le había dicho a esta en una discusión. Muy pronto fue complacido.