Un choque de madrugada en una carretera del estado de Washington liberó 44 millones de abejas, que se mantuvieron calmas en un principio, pero a medida que la temperatura subió, los productivos insectos se fueron transformando en airados y peligrosos. Bomberos y empleados de la empresa dueña de los enjambres, que eran transportados en un camión, tuvieron que emplear chorros de agua y humo para tranquilizar y recapturar a las abejas. La advertencia llegaba a los motoristas: ¡Suban las ventanillas, abejas en la vía!