Gordon Williams, británico de 80 años, dejó aparcado su Mercedes y se fue tranquilamente a hacer compras, pero un transeúnte que pasó junto al coche observó que dentro había un perro que respiraba con dificultad, por lo que decidió llamar a la policía, que rauda y veloz acudió al rescate, para lo cual rompió la ventanilla trasera del vehículo. Ahí vino el problema, ¡estaban rescatando a un perro de peluche!, con la peculiaridad de que simulaba la respiración de un can de verdad. Menos mal que el anciano tenía buen sentido del humor, y supongo que dinero también…