Los monos del zoológico de Karaganda, en Kazajstán, tienen una particular manera de protegerse del invierno.
¡No! Los cuidadores no le tejen suéteres: les preparan una mezcla caliente de frutas, miel, limón, azúcar y vino dulce, que según los trabajadores del zoo, además de proporcionarles calorcito, los protege de las infecciones respiratorias.
Pero siempre hay que vigilarlos porque, cuentan los trabajadores del establecimiento, «los primates son como los hombres: ingieren con gusto las bebidas alcohólicas y algunos abusan de ellas». Fíjese si es así, que aunque el viernes la temperatura en el parque oscilaba alrededor de los 27 grados centígrados, los monos estaban pegados a la botella.