Casi 700 personas que participaron en el Carnaval de Río de Janeiro fueron llevadas a las comisarías policiales por orinar en las calles. La ciudad lanzó una operación contra los que hacen «pis» en la vía pública, pues se ha convertido en un problema de higiene en los últimos años. «No vamos a dar tregua al pipi en la calle durante los desfiles. Es inaceptable la complacencia con aquellos que practican un acto tan irrespetuoso con la ciudad y con los ciudadanos», dijo un alto funcionario de Orden Público. No especificó si, para la próxima, además de máscaras, se venderán orinales.