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José León Díaz: Humorista y poeta, y viceversa

Es un escritor con dos facetas: una se expresa a través de la poesía; y la otra, a través del humor

Autor:

JAPE

Entre los cuatro nombres que fundaron el reconocido grupo literario Nos y otros aparece el de José León Díaz, quien también estudiaba en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana cuando surge el proyecto, que solo se dedicaba a escribir, con muy buenas manos, en su primera etapa.

En 1989 Nos y otros amplía su plantilla para asumir la escena. Ya León había preferido desvincularse del sueño de las tablas y dirigir su carrera hacia otros horizontes que, si tal vez en aquel momento aún no tenía muy claro esto, al menos sí se sabía con fuerzas y talento para asumirlo.

Esta decisión no fue un motivo mayor para que perdiera el vínculo con sus otrora hermanos de letras, y así tuve la oportunidad de conocer a un hombre inteligente, parsimonioso, sensible y que tenía por divisa fundamental la amistad y la lealtad. Ha transitado por la vida de manera silenciosa, pero dejando una estela literaria tras sí, no solo en el humor, sino también en la poesía, el periodismo y otros oficios del diseño y las publicaciones.

José León Díaz, como se apunta en su biografía en internet, es un escritor con dos facetas: una se expresa a través de la poesía; y la otra, a través del humor. Bajo la firma colectiva de Nos y otros (1982-1988) publicó decenas de textos en la prensa cubana de esos años, particularmente en dedeté. Con el mencionado grupo, además, es coautor de la noveleta Las aventuras del Caballero del Miembro Encogido (Casa Editora Abril, 1991) y colaboró en el guion del filme Alicia en el pueblo de Maravillas (1991).

A título personal ha publicado cuentos y poemas en varias revistas culturales. En 2012 vio la luz, por Ediciones Holguín, su poemario Continuación del laberinto, y fue ganador del premio Regino Boti en 2015 con Otras islas de la espera.

Ha publicado volúmenes con selecciones de cuentos cortos al estilo de Solo por un tiempo, de la Editorial José Martí en 2013. Desde noviembre de 1995 hasta la fecha, funge como editor de la reconocida y emblemática revista Revolución y Cultura.

Hay mucho más que contar de este poeta y humorista, cuya prosa y poesía, según señalan los especialistas, «está llena de anhelos, sueños, futuros o pasados». Afirman además que «en cada poema de José León merodean imágenes contundentes, y nos coloca en escenarios llenos de heridas y vaivenes, sucesión de escapadas, que configuran nuestro mundo». Me atrevería a decir que, en sus textos de humor, desde sus comienzos a principios de los 80, hay también mucha poesía.

Credencial

Luego de discusiones casi interminables, los poetas llegaron a un acuerdo. Para ser un poeta honorable había que cumplir con los siguientes requisitos:

Tener un origen humildísimo.

Haber desempeñado distintos oficios, como panadero, peón de albañil, aprendiz de tabaquero, mensajero de una imprenta, y por ese camino llegar a poeta.

Su carrera debe haber atravesado por momentos más difíciles que una ecuación de cálculo diferencial.

Que un libro suyo —porque hay que publicar, por supuesto— merezca al menos una crítica elogiosa, no importa que sea escrita por un amigo periodista.

Ser amigo de importantes personalidades y aparecer fotografiado junto a ellas. Se aclara que, en ocasiones, son válidos los fotomontajes.

Tomar té o cualquier sucedáneo en lugares exclusivos.

Ser llamado por un cariñoso nombre popular.

Usar pipa, boina, barbas…

Ganar algún premio, de preferencia en el exterior.

Demostrar sólidos principios morales, aunque con discreción llevar paralelamente una vida bohemia y alocada.

Protestar enérgicamente cuando la oportunidad lo permita.

Haber sido incomprendido alguna vez, o serlo siempre, eso sin duda lo encumbrará, al igual que mostrarse inconforme con la obra realizada.

Quien cumpla con todo esto recibirá una credencial que, además de permitirle la entrada a diferentes eventos y lugares, evitará a los periodistas las consabidas preguntas —con las consabidas respuestas— de «cómo se inició», «cuéntanos de tu vida», etc. De tal forma, el país ahorrará en innecesarias entrevistas, incalculables cantidades de papel y tinta, así como tiempo y espacios radiales y de televisión.

Aclaración: Si, en cambio, usted es un gran poeta, pero no satisface los requisitos apuntados, pues pruebe a inventarse un pasado pletórico de calamidades y heroísmo. Hágase su propia leyenda y ya verá cómo la fama va a sorprenderlo algún día.

José León Díaz, 

selección de cuentos

 Solo por un tiempo,

 Colección A reír, 

Editorial José Martí, 2013.

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