Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La Thais de Cuba siempre será actriz

Regresa a nuestro cine uno de sus rostros más conocidos para participar en La fiesta, largometraje en producción de Gerardo Chijona

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

Poco faltó para tenerla sentada en el portal de mi casa, tomando café con mi mamá y conversando genuinamente, como cubana y mujer sensible que es. Las capas que la cubren como actriz famosa quedarían quietas a su lado, porque Thais Valdés asevera que, aunque en Cuba siempre será actriz, es mucho más que eso.

«Todo lo que hagas te hace crecer. Mi vida en México no ha sido igual que la de Cuba. Sin embargo, todo lo que he vivido allá me ha nutrido de conocimientos y experiencias que, indudablemente, me hacen ser mejor actriz.

«Una vez leí en las redes sociales un comentario hiriente que decía que los actores cubanos que viven fuera de nuestro país son unos eternos frustrados. ¡Cuánta maldad en esas palabras y qué pocas luces refleja la manera de pensar de quien lo escribió! Todo lo que hacemos con honestidad y pasión vale la pena.

«No importa si no vuelvo a actuar, pero soy mejor persona en la medida en la que vivo sacando provecho de cada oportunidad y vivencia que se me presenta. Cuando fui pionera, justamente aquí en Cuba, aprendí que todo trabajo es digno. Es lo mejor que podemos hacer en la vida. Yo sigo siendo actriz aunque no vuelva a estar en escena».

Y Thais sale a caminar y es casi imposible que no la reconozcan. Algunos la llaman Clarita, otros Marisela o Flora, no pocos Purita o Sissy, aquellos Alicia y la mayoría Carla Pérez.

«No puedo querer a un personaje por encima de otros. Puedo decir cuál me resultó más difícil, lo cual lo hace más rico porque me obligó a superarme. Todos tienen su historia, a todos les tengo especial cariño».

—Sin embargo, Carla Pérez…

—Claro, Carla Pérez ha sido el personaje que más recuerdos le ha dejado al público. Fue el último que hice, mantengo el mismo corte de cabello desde entonces, físicamente no he cambiado mucho. Además, el personaje es encantador y aquella escena cuando gritaba, desesperadamente: «¡Me quiero ir!» se ha quedado en la memoria de la gente.

«Sin embargo, no lo veo desde el deseo de los que se quieren ir del país, porque Carla Pérez es un personaje muy poético. Uno siente que quiere irse, a veces, de una relación, de una fiesta, de tu casa… es una frase que a todos en diferentes circunstancias les cobra especial significado. Es Carla Pérez entonces un personaje querido, el más recordado.

«Cuando hice Hoy es siempre todavía para la televisión, al principio no me querían mucho porque mi personaje era muy conflictivo y quizá me veían así. Por suerte, otros personajes me reivindicaron y el público empezó a quererme».

—Regresas al cine cubano de la mano de Gerardo Chijona, una vez más…

—A Chijona lo conocí en los años 90 cuando me invitó a hacer la película Adorables mentiras, junto a Isabel Santos, Luis Alberto García, Alicia Bustamante y Jorge Cao, entre otros del elenco. Yo era la joven actriz que apenas comenzaba. Recuerda que no provengo de la academia, pues soy egresada de la Escuela de Instructores de Arte, pero tuve la dicha de que Orlando Rojas me invitara a su película Una novia para David, y desde entonces cada propuesta me hace aprender sobre la marcha, y todos, verdaderamente, siempre han estado cuidándome.

«Maritza es mi personaje en La fiesta, del que no puedo contar mucho. Me encantó, y trabajar con Chijona es espectacular porque hemos creado una relación de confianza mutua que persiste en el tiempo, desde que me invitó en 1994 a ser la Sissy de Un paraíso bajo las estrellas. Fue un reto inmenso para mí porque hacía falta una actriz que bailara y cantara sin dificultades, una Beatriz Valdés, digamos…

«Chijona confió en mí ciegamente, aunque yo no reunía esas condiciones. Fue una gran aventura, a diario me llevó a Tropicana a mis clases y ensayos, y todo eso contribuyó a consolidar el gran respeto y afecto que nos tenemos. En 2019 me habló de este proyecto que filmamos ahora y le dije que sí. Confío en él y no le puedo decir que no. Siempre habrá un buen resultado, un encantador ambiente de trabajo…».

—Maritza llegó a una Thais con cierta madurez…

—Luego de mucho tiempo sin hacer cine, y sabiendo que lo que bien se aprende nunca se olvida, lo asumo de otra manera. Si Carla Pérez en Nada me resultó fácil, y puedo decirlo porque tenía mucho que ver conmigo, Maritza no tiene nada que ver con Thais, pero encontré rápido los recursos para interpretarla.

«La edad tiene esa ventaja: a partir de la madurez física y sicológica te permite abordar los personajes con mayor seguridad y tranquilidad. Maritza ha sido, en definitiva, mi regreso a Cuba. La peculiaridad de esta cinta es mi retorno al cine cubano, a mi trabajo con Chijona y con mi fiel pareja de elenco, Vladimir Cruz.

«Ha sido verdaderamente una fiesta para mí este rencuentro con Cuba, el mar, mi familia, mis amigos, mis vecinos, con los actores… Además, disfruté la fortuna de tener escenas con Isabel Santos, con Héctor Noas, con Osvaldo Doimeadiós y el equipo técnico, amable y comprometido con el cine, con el que hemos compartido. Ha sido una felicidad enorme. Los rencuentros pueden ser tristes o nostálgicos, pero este ha sido bonito. Ha cambiado mi vida totalmente».

—Repetiste con Daniel Díaz Torres como director, también estuvo Juan Carlos Tabío…

—Mi respeto y admiración por Daniel rebasó los límites de la película Alicia en el pueblo de las maravillas. Lamento no haber estado cerca de él cuando partió. Espero que nos encontremos algún día.

«Cuando trabajé con Tabío en mi personaje de Clarita, yo estaba de verdad en mis comienzos. Mucho cariño entre ambos, puro divertimento en el trabajo y estuve muy cuidada, porque realmente siempre me he sentido muy cuidada en el cine cubano. Es de las pérdidas que me han afectado mucho, irse sin haber podido abrazarle antes».

—Vivir en México te ha traído una pausa en el cine, pero no un retroceso en tu evolución como actriz…

—Yo llego a México ya muy adulta. No tengo cabida en Televisa ni Televisa en mí. No era mi intención. Me hubiera gustado más entrar en el mundo del cine, que ya es más difícil, sobre todo porque poseo un acento y fenotipo diferentes. Retomo mi carrera como instructora de teatro e imparto clases durante años con adolescentes. Viví muchas experiencias y me han hecho ser lo que soy hoy como persona y como actriz, porque todo es parte del proceso.

«Integré proyectos muy bonitos con Casa de Teatro, con Círculo Teatral de Alberto Estrella, con la guionista Susana Cato… Todas estas oportunidades han sido favorecedoras para mí. La maravilla es regresar a la Thais de Cuba, que es actriz, con la riqueza que me proporciona todo lo vivido.

«Trabajo por vocación como maestra de un niño autista, lo cual comencé en 2017. Antes tomé los cursos de formación para trabajar con niños con alguna discapacidad, y sin dudas ha sido enriquecedor».

—¿Te motiva escribir algún guion cinematográfico o dirigir alguna película?

—Quizá, como parte de alguna colaboración. Realmente me gusta escribir para los niños. Tengo muchos cuentos para este público, están registrados y surgen a partir de mi trabajo con mi niño autista. Es un trabajo totalmente creativo enseñarle Matemática, Geografía, Español, Historia… y a través del cuento he podido lograrlo. Muchos de los recursos que he utilizado con él los llevé a cuentos, escritos para él y para otro niño adorable con el que trabajé. Quizá algún día uno de esos cuentos llegue a ser el guion de una película.

Thais Valdés adora el mar y lo extraña mucho. Es lo que añora desde que pone sus pies en su país: «Tengo mucha familia en Cuba, muchos amigos… pero necesito el mar sobre todo. Me limpia el cuerpo y el alma, y mi nostalgia».

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