Portada del disco. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 10/08/2024 | 10:48 pm
Cuando alguien del prestigio profesional de una directora coral, arreglista y productora musical como Beatriz Corona acepta asumir la dirección musical del disco Amaury Sinfónico —la más reciente producción discográfica del cantautor Amaury Pérez—, comprendemos las razones que sustentan la belleza contenida en semejante propuesta artística. Precedida por anteriores trabajos en los que ha musicalizado la obra poética de José Martí, Pablo Neruda y César Vallejo, entre tantos otros, Beatriz en este nuevo disco de Amaury consigue el añorado equilibrio entre las orquestaciones ejecutadas y las canciones del trovador, provocando un resultado merecedor de los mayores elogios.
Este cronista que ha tenido la satisfacción de hacer la reseña de discos publicados por Amaury en los últimos años celebra que en esta oportunidad Amaury Sinfónico trate de un sosegado entorno sonoro, con el vocalista entregado al aliento de ternura presente en cada interpretación, por lo que ha tenido a bien una cuidadosa elección de las piezas que conforman el fonograma. En cuanto al universo musical de los arreglos, este no nos resulta repetitivo, sino que, como las mareas oceánicas, se expanden sin obstáculo alguno para validar lo hermoso en el arte hasta el nivel que les corresponda llegar. Por lo tanto, estamos frente a un disco audaz, concebido desde la música de concierto, pero que reúne todas las condicionantes requeridas para ser debidamente alabado en las corrientes de la música popular.
No sería justo analizar desde otras perspectivas un disco que versa sobre el amor, pero también hecho con mucho amor. Solo de conocer la jerarquía de las personalidades que aparecen junto a Amaury y Beatriz en este loable empeño, nos percatamos de esa emoción superior que nos desborda cuando la música fluye entre maestros. Si para la apertura se ha escogido el gustado tema del repertorio de Amaury, Solo en septiembre, por el sublime acento que le otorga el arreglo de Beatriz con los músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, dicha canción constituye además una advertencia para indicarnos por dónde vendrá el resto de lo que nos disponemos a escuchar, pero para nada significa que no nos encontremos con sorpresas.
Hacemos referencia a piezas como La nieve, cuyo arreglo de Silvio Rodríguez nos remonta a una sonoridad familiarizada con la música antigua europea, mientras que el pianista Ernán López Nussa plasma el concepto de lo elegante en piezas como Las palabras hirientes y Diciembre. Otro tanto ocurre con el exquisito acabado del arreglo a cargo de Rey Guerra, en su versión para guitarra de Esos ojos claros, aunque mención aparte merecen los arreglos de Beatriz para las canciones Cuando tú me querías y Canción para dormir en Malva.
Si en la primera escuchamos la confesión de una apasionada queja amorosa en la voz del trovador, esta última se recibe como el reverso de la anterior por todo el cariño plasmado en una canción de cuna a lo Amaury. Pero obviamente la joya del Amaury Sinfónico es la versión coral de Beatriz a un clásico de la canción cubana como Acuérdate de abril, con la participación del coro Schola Cantorum Coralina.
En realidad, estamos ante el mismo nivel de exaltación que tendría lugar en los científicos cuando se encuentren con la veta de algún mineral en estado puro, por la tanta belleza alcanzada en esta interpretación compartida entre Amaury y el coro. Quizá, para relajar emociones, cierra el disco un arreglo del propio cantautor, como para
reiterarnos que no nos preocupemos por los términos de música antigua ni nueva, sino por la más buena de cada momento, como es el caso de la versión instrumental de Bardo, en la que participan el guitarrista Víctor Pellegrini, la chelista Amparo del Riego y la flautista Niurka González, quien a su vez también está presente en otras de las canciones del Amaury Sinfónico.
Decía Alejo Carpentier que «nunca un artista sabe cuándo su obra va a ejercer una influencia ni sobre quienes llegará a ejercerla». Sin embargo, no tenemos la menor duda de que el fonograma Amaury Sinfónico —presentado por el sello discográfico Colibrí y Fontanar Producciones— va a causar una gran expectativa no solo entre los seguidores del cantautor, sino en todo aquel que requiera de esta necesaria recarga de espiritualidad en tiempos tan oscuros y complejos. Precisamente desde esa fe en el mejoramiento humano del Apóstol, es que Amaury Pérez Vidal continúa entregándonos, una vez más, otra de esas obras que va a calar profundo en la sensibilidad del pueblo cubano.