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Por el amor al arte y a los niños

Nacido en los duros años del período especial, la agrupación teatral vueltabajera Titirivida celebró 30 años con la certeza de seguir trabajando para llevarnos a ese mundo de títeres y fantasía,  de música y colores que hace feliz a cada pequeño que llevamos dentro

Autores:

Claudia Ledesma Hernández
Dorelys Canivell Canal

PINAR DEL RÍO.— Hay esencias invariables en el trabajo de Titirivida, aseguró Nelson Álvarez, director de la agrupación teatral vueltabajera, que este abril cumplió sus 30 años de fundada.

Las nuevas prácticas, los nuevos estilos en el diseño de los títeres, los mensajes, no marcan una ruptura entre la propuesta que vio la luz en 1994, sino que hay una continuidad que defiende siempre lo auténtico y valores como la cubanía y la identidad, aseveró.

Trabajar y hacer buen teatro para niños es máxima de esta agrupación.

El primer retablo

Los años 90 fueron duros para todos, también para las artes escénicas en Pinar del Río, pero mientras algunos se dejaban llevar por los efectos negativos de la crisis, otros encontraron en las dificultades un motivo para crear.

El músico Noel Gorgoy Quiñones y los actores Luciano Beirán González, Carlos Piñero Blanco y Marlenys Torres Montesinos, que antes integraban el elenco del grupo de teatro para niños Caballito Blanco, soñaron con Titirivida, y tanto lo soñaron que lo hicieron realidad, «motivados por el amor al arte y apoyados en el atrevimiento como forma artística», según reza en el acta fundacional.

El proyecto encontró un público que lo respaldara, que creyera en la magia de los títeres y en la música. Entonces empezó a transitar un camino que han
desandado a golpe de esfuerzo, valentía, sacrificio y amor, a su público, al teatro y a los muñecos.

De esa época consta en texto lo que parece un principio: «Tenemos que encaminarnos a una búsqueda constante en el patrimonio de nuestra nacionalidad e identidad, no solamente para el saneamiento de nuestras finanzas, sino para el saneamiento de la cultura. Sentimos la necesidad de hacer teatro, y tenemos que saber ya cómo quererlo y cómo lograrlo».

Solo entonces llegaron sobre bicicletas con aquel primer retablo y los títeres hasta cada rincón de Pinar del Río, por eso son queridos hasta en el último paraje de la geografía de este terruño, y dejaron su huella siempre en aquellos que hoy no son ya tan jóvenes.

Al respecto, el teatrólogo Aliocha Pérez Vargas, autor del texto Titirivida: memorias de un retablo, asegura que los términos identidad, imaginación, austeridad y funcionalidad marcarían, desde los inicios, un estilo de trabajo que llega hasta nuestros días.

La magia de los títeres hoy

Justo ahora, cuando recién cumplieron sus 30 años de vida artística, la agrupación enfrenta nuevos derroteros, pero siempre con la certeza de que hay que trabajar y hacer buen teatro para niños.

Nelson Álvarez Guerra, actual director de Titirivida, asegura que continúan inspirados en la obra de los fundadores. Precisamente él, que en su niñez se deleitó con las presentaciones del grupo, tiene el reto de dirigir a los nuevos integrantes, y hacerlo con la misma pasión que le impregnaran al elenco Beirán y Gorgoy.

«Es un privilegio enorme, también es una responsabilidad, pues no estoy dirigiendo una agrupación que fundé, estoy obligado a mantener la memoria de quienes me antecedieron; pero eso me gusta más porque tengo una historia, una impronta, un arsenal que defender y proteger, y en los cuales puedo inspirarme», dijo recientemente en conferencia de prensa.

Las diferencias en la poética de una generación y otra no marcan una ruptura, aseveró. Creo que esos valores patrios, humanos, sociales que siempre defendió Titirivida en sus espectáculos, y el respeto a la memoria, es lo que sigue hilando la unión entre la generación que fundó el grupo y la actual, señaló el joven, quien reconoce que se han adaptado a las exigencias de cada época y también a las del público.

Titirivida es música

Tanta música trae la agrupación que se podría decir que es lo que la distingue. Con un repertorio exquisito que incluye obras clásicas del teatro para niños y otras propias, Titirivida siempre tiene música en vivo en sus puestas en escena.

Es un legado de Noel Gorgoy, una suerte de tradición que los más jóvenes han sabido respetar y honrar. Odalis Rodríguez y Yoha González, los actuales músicos de Titirivida, saben que es una historia viva que deben preservar.

Gorgoy es considerado por Yoha González como su primer maestro en la música para niños, en tanto Odalis explica que la música es un personaje más que le permite expresar aquello que lleva dentro.

En honor a ese repertorio que los ha acompañado siempre guitarra en mano y con el acompañamiento de cerca de una docena de músicos del patio, Titirivida celebró sus 30 años en el insigne teatro José Jacinto Milanés. Para qué sirve el teatro para niños sino es para eso, para hacernos soñar incluso de adultos; para llevarnos a ese mundo de títeres y fantasía, de música y colores que hace feliz a cada pequeño que llevamos dentro.



Concierto Titiritero transitó por todo el repertorio de Titirivida.

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