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Soy una madre que ama su trabajo

En la trayectoria de Laura Moras, una actriz apasionada y dedicada, encontramos un deseo constante de explorar nuevos horizontes en su carrera

Autor:

Félix A. Correa Álvarez

Desde el inicio de su carrera en el complejo mundo del arte dramático Laura Moras ha contado con dos valiosos recursos: la suerte y su innegable talento. A los 15 años, hizo su debut en televisión con su actuación en el teleplay Con el gris posado en la mejilla. Solo un año después, superó exitosamente el casting para unirse al elenco de la gustada serie juvenil Enigma de un verano. Esta experiencia marcó un punto de inflexión en su carrera, que la consolidó como una actriz en ascenso.

Más de 20 años han pasado desde la primera emisión de Enigma de un verano; dos décadas en las que, para Laura, interpretar conflictos, situaciones y la complejidad humana ha resultado un desafío constante.

En los últimos años, una razón sagrada e inaplazable la mantuvo alejada de las series y telenovelas: la maternidad. Sin embargo, hoy abraza nuevos proyectos, ya que la actuación sigue siendo una de sus grandes pasiones en esta etapa de su vida.

Sobre sus inicios en esta carrera, refiere la actriz: «Fue todo muy casual, llegó a mí sin que lo planeara. Como cualquier jovencita, siempre tuve inquietudes artísticas, pero no pude desarrollarlas debido a la falta de oportunidades. Un día, me enteré por televisión de un casting masivo para Enigma de un verano y decidí presentarme. Para mi sorpresa, fui seleccionada y tuve la fortuna de formar parte de esta serie juvenil que marcó el inicio de mi carrera como actriz. Fue una experiencia maravillosa.

«En ese momento estaba cursando el 12mo. grado en un preuniversitario y no me pude presentar a los exámenes de ingreso para la carrera de Medicina, que era lo que inicialmente quería estudiar. Fue entonces cuando decidí presentarme a las pruebas del Instituto Superior de Arte (ISA) y logré ser admitida. Así comenzó todo».

—Muchos te recuerdan por tu papel como Berta en Los tres Villalobos, la última protagonista del espacio de las aventuras. ¿Este personaje marcó un punto importante en tu carrera?

—Sí, lamentablemente, Los tres Villalobos fue la última aventura televisiva que se realizó en Cuba. Recuerdo ese trabajo con un gran cariño, ya que fue la primera vez que me enfrenté a la televisión de verdad. Anteriormente había participado en Enigma de un verano, pero en ese momento carecía de conocimiento formal y aún era muy joven. Aquella experiencia se sentía más como un juego.

«Con Los tres Villalobos, en cambio, me encontré inmersa en un mundo más riguroso, en las condiciones en que la filmamos, que en su mayoría eran en locaciones naturales en Managua, en la periferia de La Habana. Fue una experiencia maravillosa que me brindó un gran aprendizaje sobre la televisión y cómo desenvolverme en este medio».

—¿Alguna anécdota que nos quieras compartir?

—Tengo numerosas anécdotas de Los tres Villalobos ya que pasé mucho tiempo grabando junto a grandes artistas que hoy considero amigos; lamentablemente algunos ya no están, como el inolvidable director Miguel Sosa.

«Recuerdo con cariño y nostalgia a Miriam Vázquez, quien interpretó a mi madre en la serie, y fue su última actuación. Siempre fue una persona cariñosa y atenta. Ella solía recordarme que como artistas debemos mantener los pies en la tierra, ya que en la televisión este mundo puede ser efímero. De ella aprendí que en esta carrera solo estamos de paso, y nunca debes creerte imprescindible o el mejor actor. Siempre debes mantener la humildad y la conciencia de que todo puede cambiar en cualquier momento».

—Beatriz en Más allá del límite es también de esos personajes imposibles de olvidar. ¿Por qué crees que fue tan bien recibido?

—Beatriz fue un personaje muy bien recibido, algo que me resultó sorprendente. Cuando leí el guion por primera vez no esperaba que el público lo acogiera de manera tan positiva, pues se trata de un personaje sumamente controversial, constantemente inmerso en la negatividad y susceptible de ser catalogado de múltiples maneras, ninguna de ellas positiva. Sin embargo, su pasado trágico y su vida compleja permitieron que el público se identificara con ella.

«Este papel me hizo merecedora del premio Adolfo Llauradó en la categoría de mejor actuación femenina. Supongo que esto se debió en parte a la profundidad del personaje y al desafío que representó para mí, ya que se alejaba notablemente de los roles previos con los que el público me había identificado. Siempre recuerdo este trabajo con cariño, y disfruto asumir papeles distantes de mi propia realidad y que me permitan desdoblarme como actriz.»

La televisión cubana retransmitió recientemente la telenovela Tierras de fuego. ¿Qué emociones te suscitó este regreso?

—La retransmisión de Tierras de fuego fue recibida con un inmenso cariño por parte del público. Esta novela fue muy popular en su momento y ha mantenido esa esencia que logra atrapar a los televidentes una vez más.

«Tengo recuerdos de esta producción como una experiencia de rodaje bastante desafiante, pues la mayoría de las escenas se filmaron en exteriores. Esto demandó un gran compromiso tanto del elenco de actores como del equipo de producción. Sin embargo, muchos nos conocíamos muy bien, dado que habíamos trabajado juntos previamente en Los tres Villalobos.

«Es realmente gratificante recordar todo esto y saber que el público disfrutó nuevamente de la historia. Estoy profundamente agradecida por todas las muestras de cariño y admiración que he recibido por mi trabajo en esta telenovela».

—Tu papel en el caso Libre cambio, recientemente estrenado en el policiaco Tras la huella, fue muy bien acogido por la teleaudiencia. ¿Cómo viviste la experiencia?

Libre cambio fue un caso que abarcó tres capítulos y que capturó la atención de la audiencia, en parte debido a la relevancia del tema en el contexto actual de nuestro país.

«La respuesta del público superó mis expectativas. Fue maravilloso ver cómo los espectadores disfrutaron realmente de estos tres episodios. Además, las actuaciones de todos los actores que participaron en la serie también fueron muy elogiadas, según me cuentan».

—¿Cuándo te veremos nuevamente en pantalla?

—Actualmente, estoy en la fase final de la grabación de la novela Viceversa, de Loysis Inclán. De hecho, ya filmé la última escena que me correspondía. Aunque mi personaje no es de gran envergadura en términos de tiempo en pantalla, ha sido un papel que disfruté mucho interpretar.

Laura Moras es una persona que valora la tranquilidad de su hogar y la compañía de su familia. Fotos: Tomadas de su perfil de Facebook

En la trayectoria de Laura Moras, una actriz apasionada y dedicada, encontramos un deseo constante de explorar nuevos horizontes en su carrera. A lo largo de más de dos décadas en la televisión, ha demostrado su versatilidad y habilidad para asumir desafíos, y aunque ha interpretado una amplia gama de personajes, aún anhela abordar roles que requieran investigación profunda y esfuerzo, especialmente aquellos que exploran la complejidad de los trastornos siquiátricos.

Fuera del set de grabación, Laura es una persona que valora la tranquilidad de su hogar y la compañía de su familia y los amigos. A diferencia de la farándula, prefiere la sencillez de reuniones en casa y momentos de calidad con sus seres queridos. Sus propias palabras resuenan como un eco del equilibrio entre la pasión por la actuación y el amor hacia su familia: «Soy una madre que ama su trabajo».

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