Raúl Navarro González vive para la fotografía. Autor: Hugo García Publicado: 06/10/2023 | 04:24 pm
MATANZAS.— Raúl Navarro González vive para la fotografía. Pero un hecho trascendental para su vida y la cultura ha sido la Mención Honorífica que obtuvo en el Concurso Internacional de Fotografía de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), con una instantánea de una nube Cumulonimbus arcus, una de las más buscadas por los cazadores de tormentas.
Las 13 fotografías ganadoras, seleccionadas por un jurado integrado por meteorólogos y fotógrafos de la OMM, formarán parte del calendario digital para el próximo año.
—¿Cuál consideras el encanto de las fotografías tomadas en medio de tormentas o lluvias intensas?
—A mí particularmente las tormentas y demás eventos meteorológicos me apasionan. Estar en medio de un suceso que supera al hombre, el estado de vulnerabilidad en que lo posiciona, es ver a la naturaleza hacer y deshacer a su antojo. Encuentro belleza en ese caos, forma parte también de nuestra existencia en este mundo.
«Yo veo todo el tiempo a los cazadores de tormentas en Youtube. Sueño con fotografiar tornados y tormentas gigantes de verdad. Es que a mí desde pequeño siempre me ha gustado la meteorología. Al final son procesos interrelacionados que dependen unos de otros y poder predecirlos me parece fantástico».
—¿Cuándo te diste cuenta de que eras un cazador de tormentas?
—Uno no llega un día y dice: soy cazador de tormentas y punto. Te vas dejando llevar y todo va sucediendo. Pero si tuviera que definir un punto de inicio sería cuando descubrí la app que me alertaba de la proximidad de alguna tormenta, ya ahí se me volvió un vicio. Claro que eso entraña riesgos, desde la posibilidad de que se moje la cámara hasta peligros mayores en torno a los rayos y mi seguridad física. Pero yo no pienso mucho en eso. Yo salgo pa'rriba'el lío como un niño. Ya luego vienen las lamentaciones. La verdad he corrido con suerte.
—¿Sabías que se trataba de una nube Cumulonimbus arcus?
—Yo salí sabiendo que se acercaba una tormenta, pero no tenía cómo identificarla de esa manera hasta que la tuve enfrente. Ya conocía de ese tipo de nubes y cuán preciadas son para los cazadores de tormentas. Verla me impactó. Fue un momento decisivo y agradezco todo el tiempo haber estado allí en ese momento.
—¿Cómo recibiste la noticia y qué significa esta mención en tu vida profesional?
—Fue una alegría enorme. Yo estaba al tanto desde que supe que había quedado entre los finalistas. Cuando salieron los 13 ganadores imaginé que me había metido en algo muy grande para mí, lógicamente hay fotos demasiado sorprendentes y de gran calidad. Luego salió el segundo grupo, y entre esas ver la mía es indescriptible lo que se siente, realmente nada es imposible. Este premio significa que todo el esfuerzo cotidiano por hacer fotografía, y disfrutar cada segundo del proceso, valen la pena.
—¿Con qué cámara y lente tiraste esa foto?
—La foto fue tomada con una T7 (cámara de entrada para principiantes), con un lente 18-55 mm (llamado pisapapeles por ser un básico). Yo generalmente hago también timelapse. Estuve haciendo unos desde que llegué al lugar para captar el desarrollo de la tormenta. Pero cuando vi a los pescadores y su interrelación con la tormenta decidí parar el timelapse y tomar foto. Hice par de tomas generales incluyendo esa composición con los pescadores.
—Muchos lamentan que no se te otorgara algún reconocimiento o premio especial en el concurso Nacional de Periodismo 26 de Julio por las fotografías documentales y las más impactantes del incendio en la base de supertanqueros
—Supertanqueros fue mi entrada al fotoperiodismo, y considero que fue una entrada sólida y fuerte también emocionalmente para mí, determinó muchas decisiones e impresiones más tarde. No obstante, cada concurso tiene sus reglas y el jurado debe cumplirlas. Claro me hubiera gustado ganar, a quién no. Pero respeto el criterio que los llevó a ese resultado. Agradezco cada muestra de admiración y sensibilidad con respecto a mis fotos, ese para mí es el premio mayor.
Foto captada el pasado 6 de julio en la Bahía de Matanzas por Raúl Navarro, con la cual alcanzó Mención Honorífica del Concurso de Fotografía Calendario Meteorológico 2024