En el recuerdo de los cubanos, Gina Cabrera luce siempre como en sus fotos: la sonrisa amable, el pelo crespo, la mirada penetrante, la elegancia de aquellos destinados a morir y renacer en el televisor, el cine, o la radio.
A sus 93 años, Gina ya no aparece casi en la pequeña pantalla, pero hay padres y abuelos capaces de imaginarla en Miércoles de amor Palmolive, Soraya una flor en la tormenta, Los mambises, Juana Azurduy y El mambisito.
Los que la conocieron la describen con las palabras disciplina, modestia y perseverancia, acompañadas de anécdotas sobre largas escenas, dichas de memoria, sin faltar siquiera a una coma en el guion escrito.
En el cine debutó con la película cubana Sed de amor y continuó la travesía fílmica con Príncipe de contrabando, La Renegada, Cita en La Habana, La rosa blanca y Frente al pecado de ayer.
«De voz suave, bien modulada pero firme, podía asumir cualquier desempeño, desde la inocencia de una damita hasta la maldad de una víbora, recorriendo todos los caracteres y matices que la profesionalidad de la actriz era capaz de representar en sus actuaciones», afirmó el periodista Leonardo Depestre Catony, en el aniversario 90 de la artista.
Sin embargo «La reina del drama» nunca interpretó un personaje tan fascinante como ella misma. Lo mismo fue la actriz disputada por los dueños de las cadenas Unión Radio Televisión y del Circuito CMQ, que la Jefa Responsable en este último de la Campaña de Alfabetización en 1961.
«Fuimos a conseguir que se alfabetizaran los del barrio de un "llega y pon", que estaba detrás de lo que era antes el hospital Hijas de Galicia, en Luyanó. Imagínate cuando Gina llegó con su maquinón blanco ella me dijo «tú vas a ver, la gente es muy cariñosa con uno, yo ahora reúno a los muchachos y les digo cuídenme el carro» y efectivamente se lo cuidaron. Visitamos casucha por casucha y logramos que se alfabetizaran, pero lo hicieron porque Gina se los pidió», narró la actriz Fela Jar.
Gina Cabrera fue fundadora de la televisión en Cuba, incursionó en la comedia, la tragedia, la novela y las aventuras, pero también creó, junto a Maritza Rosales, Alejandro Lugo y Alden Knight, la Escuela de Formación de Actores del entonces Instituto Cubano de Radiodifusión, hoy ICRT.
La Premio Nacional de TV 2003 no fue solamente una ficción, un rostro hermoso, una mujer camaleónica en cada papel. Hablaba francés e inglés. Practicaba ballet todos los días, le gustaba nadar, correr, la equitación. Estudió canto, baile y defensa personal.
Esa Gina, sin embargo, no está en ninguna grabación de archivo. Mientras tanto, sus fotos ignoran el transcurso del tiempo, ella mantiene la sonrisa amable, el pelo crespo y la mirada penetrante, renace siempre en las pantallas.
(Publicado en el sitio web de la Uneac, con motivo del cumpleaños 93 de la artista, el pasado año)