Celeste, una fuente inagotable de energía musical

Celeste Epiphany Waite, conocida internacionalmente como Celeste, posee un don especial. A sus 27 años de edad, con una voz poderosa y versátil, capaz de enmudecer y deleitar al auditorio más exigente, es poseedora de una dulzura que trasciende a su timidez y constituye el sello de todo cuanto trasmite desde el escenario.

El sentimiento que la artista instala en cada interpretación y su certero dominio musical, embelesaron al público habanero que asistió este martes al concierto que ofreciera en el teatro Martí, como parte de la celebración de la semana de la cultura británica en Cuba. La joven intérprete se hizo acompañar de una tropa de jóvenes músicos cubanos, comandados por Jorge Luis Lagarza, al piano, y donde brilló Marcos Morales, en la batería, así como Dayron Ortiz en la guitarra, Rafael Aldama con el bajo, Rasiel Aldama en la trompeta e Irán «El Menor», a cargo de la percusión.

Previo al concierto, Juventud Rebelde tuvo la oportunidad de compartir unos instantes con la cantante que ha cautivado al público dentro y fuera de las fronteras del Reino Unido con su primer álbum Not Your Muse, además de alcanzar mayor notoriedad con sus nominaciones a los premios Oscar y los Globo de Oro por su canción Her My Voice, que integra la banda sonora del filme The trial of Chicago 7, de director Aaron Sorkin.

Celeste no disimula la fascinación que ha provocado en ella su primer viaje a la Mayor de las Antillas, un lugar del que, confiesa, poseía pocas referencias. «Recuerdo que un amigo de mi familia, hace muchos años, nos regaló un souvenir de un viaje que había realizado a Cuba. Era un instrumento musical de percusión que me gustó mucho y me inspiró, pero es primera vez que tengo contacto con la sociedad y la cultura cubanas», asegura la joven intérprete quien espera que este viaje sirva para establecer un primer contacto que le permita volver en otras oportunidades con nuevos proyectos.

Sobre los músicos con quienes compartió escenario en el Martí, Celeste comenta que le resultó muy grato trabajar con creadores tan talentosos, cuyo estilo «hizo que mis canciones tuvieran un nuevo sonido y a la vez resultaran sonoridades familiares para mí. Me gustó mucho el estilo de la percusión y el trompetista me pareció un artista formidable, con una historia y una textura interesantes. Todos poseen mucha libertad a la hora de tocar y eso es muy valioso para mí», comenta la artista británica.

La joven intérprete transita con facilidad del soul al jazz, pasando por el R&B. Además asume todas las composiciones de sus canciones, dando origen a historias muy personales que reflejan su constante empeño por reafirmar principios, así como su identidad como mujer y artista, algo que se completa en su proyección escénica, con su estilo afro, su serenidad y cierta elegancia de la cual la reviste esa timidez que la hace lucir simplemente natural.

Quizá es todo ese conjunto el que ha provocado que su álbum Not Your Muse (2021) se esparciera como la pólvora, primero en el Reino Unido y luego a nivel internacional, donde Cuba no ha sido la excepción, gracias a la facilidad que ofrecen las plataformas digítales para obtener este tipo de contenido.

Fue a través plataformas como YouTube que Celeste se dio a conocer a un público, que fue creciendo poco a poco. En octubre de 2016 presentó su primer sencillo Daydreaming y tras varias presentaciones online y en plazas como Ladbroke Grove (céntrica avenida de Londres), captó la atención del cantante británico de soul, Michael Kiwanuka, quien le consiguió un contrato discográfico con Polydor Records, compañía que presentó su prime EP Lately, así como su primer álbum.

Pero sacar a la luz Not Your Muse supuso para Celeste enfrentar algunos retos y es que «el mayor desafío fue lograr ese sonido de jazz de vanguardia, más abstracto. También en el caso de reafirmarme como mujer cantante, requirió cierta negociación con la disquera, porque mi música, mi manera de ser y la forma en que me presento, no es necesariamente la forma en que se representa uno en el meanstring en Reino Unido. Ello requirió estar envuelta en un permanente proceso de creación musical para convencer a la disquera de que el camino que escogía para determinadas canciones era el correcto», confiesa.

Una voz conmovedora y versátil que juega en los terrenos del neo soul, R&B, con reminiscencias de pop y jazz.Foto:Enrique González Díaz.

Para la intérprete, su musa es la vida real, de la cual obtiene las vivencias que la ayudaron a componer cada canción. «El álbum está dedicado a todas las personas que puedan escucharlo y sientan la necesidad de empoderarse para convertirse en quienes realmente son y ser ellos mismos», comenta la joven, quien empezó a componer a los 16 años, a raíz del fallecimiento de su padre.

En el disco es posible encontrar canciones como Love is back, en cuya ejecución Celeste llega a recordarnos a la mismísima Amy Winehouse (1983-2011). La artista confiesa que de las doce canciones del álbum, Strange no puede faltar en ninguno de sus conciertos, porque es un tema con el cual se identifica desde los inicios de su carrera, al que se suman otras como Lately o Both Sides Of The Moon, pertenecientes a otros momentos creativos de la artista.

Celeste asegura que una de sus grandes influencias es la música de Amy Winehouse, de quien asume elementos sonoros para muchas de sus canciones, así como de la cantante británica Adele. La joven se debe al jazz con franca vehemencia, sobre todo de las décadas de los 30, 40 y 50, donde nombres como Billie Holiday, Aretha Franklin, Etta James, Donny Hathaway y Roberta Flack figuran entre sus referentes.

La experiencia que ha logrado acumular así la combina, con especial sutileza, con sus inquietudes creativas y ritmos más contemporáneos, así como con los géneros que más se ajustan a su voz; aunque, asegura, «en Reino Unido hay una corriente que aún es underground de música punk que está regresando, así que es posible que con algunos músicos amigos haga una incursión en ese género próximamente».

Celeste considera que desde sus inicios por los caminos de la música, sobre todo en los últimos dos años, se ha vuelto más asertiva a la hora de comunicar su arte, «porque me he rodeado de personas talentosas que han sabido acompañar mis momentos creativos». Ahora afronta el futuro con más seguridad a la hora de explorar nuevas rutas en la creación musical.

«En los últimos dos meses he comenzado a componer el próximo álbum. Ya tengo once canciones con las que me siento cómoda, aunque quiero llegar a crear unas cuarenta, para escoger las mejores. Tengo algunas que me parecen muy buenas, como Sometimes, que habla de ese momento en que encontramos a esas personas que ven algo en ti y provocan sensaciones que se quedan contigo para toda la vida», comenta la joven intérprete, quien cuenta con la certeza de saber hacia dónde quiere encaminar su arte y cómo hacerlo.

Entre esos anhelos se destaca su interés por realizar más colaboraciones con artistas internacionales y de su tierra, como el saxofonista británico Shabaka Hutchings. «Pienso que él se ajustaría mucho al gusto cubano, probablemente le encantaría venir aquí a compartir su música con este público», asegura la artista, cuya obra ha recibido elogios de leyendas de la música internacional como Elton John.

Queda claro que Celeste sabe lo que quiere y cómo obtenerlo, en términos artísticos. La muestra de ello son sus canciones, que le han granjeado un número cada vez más creciente de seguidores y todo indica que la tendencia al alza continuará. «En el futuro quisiera, sobre todo, mantener la integridad, tanto en mi música como en mi manera de proyectarla, sin que tenga la necesidad de, por ejemplo, cambiar mi pelo o alterar mi cuerpo de alguna manera, para insertarme de otra forma. Quiero trasmitir a las personas ese mensaje de que lo importante no es lo material, ni cómo uno luce, sino la manera en que uno brilla en su interior», aclara.

Llega el final de la entrevista y Celeste reitera su interés de volver a Cuba con nuevos proyectos. «Desearía tener la oportunidad de regresar y crear ese contacto más intenso con las personas, conocer de dónde viene el arte que realizan, tener la posibilidad de compartir más con ellos y de alguna forma me encantaría vivir aquí. Estoy muy agradecida por estar en Cuba».