No alcanzaría toda esta página para hablar del aprecio que el colectivo del dedeté sentía por nuestra amiga y colega Mercedes Azcano. Todo el gremio de caricaturistas y hacedores del humor en general, la queríamos y respetábamos como profesional, más allá de la dirección de Palante, porque siempre fue una incansable luchadora por los espacios e intereses de los humoristas cubanos. Fue por mucho tiempo colaboradora de publicaciones de todo el país, quizá por eso se nos antoja que la mejor manera de recordarla es leer otra vez uno de sus cuentos, de sus tantas historias escritas y narradas con su modo original y divertido. Por eso no queremos decir adiós, preferimos decir ¡cuéntanos otra vez, Mercy!
Préstamo en año bisiesto
por: Mercedes Azcano Torres
Mientras ponía a enfriar las cervezas para su fiesta de cumpleaños, Lalo embromaba a su amigo Ismael. Le decía que aunque nacidos en el mismo año, él cumplía muchos menos, por la rara circunstancia de que su primer berrido lo había lanzado un 29 de febrero. El otro, picado, reaccionó:
–Por eso tu abuela quería inscribirte el día 1ro. de marzo, no solo para bautizarte con el nombre de Rosendo, tu bisabuelo, sino también por temor a las desgracias. Que en año bisiesto se hundió el Titanic, comenzó la Segunda Guerra Mundial, y para ponerle la tapa al pomo estamos en el año de la Rata de Metal, según el horóscopo chino
Lalo se defendió de inmediato:
–A mucha honra, que los chinos asocian ese signo a la prosperidad y la persistencia, además, los irlandeses nos consideran bendecidos a quienes nacimos en bisiesto.
–Ya lo dijiste: Irlanda, pero en Cuba lo que puede ser es que se te atrase la jubilación, o que te quiten años en la libreta de abastecimiento y…
Lalo lo interrumpió:
–Hablando de la libreta, me recordaste que tengo que buscar el café en la bodega y después, pasar por la tienda a comprar una caja de leche evaporada, para que mi sobrinito Douglas se tome su café con leche y se acueste tempranito esta noche. Que la ha cogido con preguntarme por qué, con tanto que le gusta el café con leche, de pequeño le daban leche en la bodega y no le tocaba café, y ahora, después de los siete, que recibe un paquete de café, ya no le toca leche…
En eso entró en la cocina Martica, la hermana de Lalo, preguntando por los panes para los bocaditos, con el afán de provocarla, Ismael preguntó:
–Marti, dime qué crees sobre la dicha de nacer un 29 de febrero, porque fíjate que hay una frase que reza «Año bisiesto, año siniestro», y es que en años así ocurrieron los asesinatos de Mahatma Gandhi y John Lennon.
–Claro que sí es una felicidad, para empezar, los años bisiestos vivimos 366 días, es decir uno más de los normales, que son de 365. Y fíjate, Lord Byron, poeta ilustre, nació en el año 1788, bisiesto, y para alegrarnos más, en este 2020 celebraremos los Juegos Olímpicos de Tokio.
«Vaya argumento el de mi hermana, ni que yo fuera deportista, pero al menos por una vez se ha puesto de mi parte», pensó Lalo, en lo que sacaba el pomo de pasta de bocaditos del refrigerador. Alcanzándole la bolsa de los panes, Ismael intervino:
–Bueno, es verdad que te has ahorrado plata al no hacer fiestas, pero también te has perdido un montón de regalos de los amigos.
–Si son como los que haces tú, me alegro, que todavía me acuerdo de tus memorables obsequios: una pelota de voleibol ponchada, un tubito de desodorante convoyado con un sartén, y un par de medias disparejas, que me obsequiaste hace años.
–Siempre tan exagerado —ripostó Ismael—, hoy por la noche te voy a sorprender con el regalo que te compraré, pero eso sí, me hace falta un préstamo.
–¿Para comprarme mi propio regalo? —preguntó sarcástico Lalo— ¿Y cuándo me lo devolverías?, ahhh, ya sé, el próximo 29 de febrero… pues mira, te responderé con una frase parecida a la tuya: «Año bisiesto, dinero no presto».