CAMAGÜEY.— El texto Individuo, Familia y Sociedad. El desafío de ser feliz, de la destacada psicóloga Patricia Arés Muzio, estuvo entre las opciones preferidas de la 28va. Feria Internacional del Libro, que tuvo lugar hasta este domingo en Camagüey.
Y es que la Doctora en Ciencias Psicológicas crea con su sabiduría una herramienta imprescindible para la familia cubana y le ayuda a comprender cuán importante es para el ser humano alcanzar la felicidad.
«Desde sus representaciones percibo en la propuesta de Patricia un modelo triangular para entender y emprender la construcción humana de la felicidad-bienestar. Una representación tridimensional de la felicidad-bienestar: la persona, sus condiciones, las otras personas», aseveró en el prólogo del texto el también sicólogo Manuel Calviño.
Entre las muchas virtudes de este texto sobresale la capacidad de llevar al lector una reflexión profunda acerca de este propósito: ¿cómo lograr la felicidad? A juicio de Calviño «pareciera ser, de acuerdo con la Psicología, que es fácil y sencillo ser felices en el mundo en que vivimos si solo excavamos en las profundidades del espíritu y potenciamos las fortalezas psicológicas al margen de las circunstancias sociales».
He aquí la fortaleza de Individuo, Familia y Sociedad. El desafío de ser feliz, el cual redimensiona toda esa teoría del mundo occidental desarrollado, y la contextualiza y conceptualiza también con los pies en la tierra para los pobres y humildes del mundo, donde la felicidad es más que el tener, sino el ser; la familia, el amigo, la pareja…
También donde se comprende que la felicidad no se puede comprar a través de cirugías plásticas para evitar arrugas, antidepresivos para destruir el estrés, pastillas para alcanzar el placer… como si estos nuevos enfoques terrenales supusieran el camino para ese deseo de satisfacción, donde el amor y amar y ser amado son premisas para ser felices.
Arés Muzio va mucho más allá de lo descriptivo, pues se propuso —y lo logra— un dialogo abierto y sincero con el lector, que bien puede estar entre sus pacientes anónimos, pero que en sintonía con su verbo sencillo y comunicativo, pueden encontrar su camino para el placer, la dicha y el bienestar.
Si algo recomendaría a los lectores-paciente es que hagan una lectura pausada desde el corazón abierto, la mente enfocada en sus necesidad de transformar su mundo para cultivar el alma, pero con un karma donde prevalezca ante todo el humanismo solidario que caracteriza a los cubanos, valores familiares más allá de toda posesión material.