Rafael Suárez Solís, nacido en Avilés, España, en 1881, y fallecido en La Habana en 1968, compuso una obra que no puede ser olvidada. Fuentes españolas afirman que firmó más de 17 000 notas críticas y artículos en periódicos y revistas de Cuba. Ninguno en España.
Una muestra circula aún por librerías. El escritor e investigador Jorge Domingo «presilló» Periodismo y cultura, libro publicado con el sello de la Editorial Oriente. Este volumen reúne numerosos y diversos artículos sobre la cultura artística, de cuyos aspectos literarios, teatrales, musicales y danzarios, Suárez Solís era conocedor.
Hemos de reconocer que este español, cubano por adopción, captó los valores martianos del periodismo como formación estilística utilitaria y a la vez estética. Y nos demuestra con su legado que el periodismo ha de ser como un hierro candente que nos marque con sus letras y sus enfoques originales.
De Suárez Solís, como de Jorge Mañach, Raúl Roa y Pablo de la Torriente Brau, podemos aprender que el periodismo no supone ser experto en frivolidades. Y los textos elegidos para conformar Periodismo y cultura establecen que el periodismo y la cultura son mucho más que un título universitario. Son como un par dialéctico. El periodismo es, sobre todo, dominio del estilo y la técnica de los géneros, estilo y técnica enriquecidos por un conocimiento capaz de reflexionar sobre el arte, sin que necesariamente tengamos que utilizar un lenguaje confuso o hermético.
Siendo un joven aprendiz de 18 o 19 años, tuve la fortuna de leer a Suárez Solís en la página editorial de El Mundo. Su prosa enérgica, armónica, trazada sobre un toque rítmico muy vivaz, fue revelándome que si alguna vez uno quisiera ser periodista tendría que serlo a la manera de Suárez Solís. Es decir, adjuntando a los valores del estilo, los valores de la opinión culta, original, proponiendo ideas y estableciendo juicios que elevaran, como indirectamente, la cultura y el discernimiento del lector.
Llegó a La Habana en 1907. En 1908 se empleó como corrector en el Diario de la Marina, y continuó vinculado con la prensa cubana hasta su deceso en 1968.