Canción para un Congreso

El amanecer lo sorprendió este domingo encerrado en su habitación, confundiendo la luz del alba que penetraba por su ventana con el brillo de la computadora, que apenas supo del calor, «excitada» como estaba por la belleza de la música que tomaba más y más vida a medida que se escuchaban los versos con que Silvio Rodríguez compuso Todo el mundo tiene su Moncada.

Concebida en 1968, esta canción le resulta, sin embargo, tremendamente actual al destacado DJ productor Iván Lejardi, quien entusiasmado con la obra colectiva que pronto nacería, apretaba el play una y otra vez, a pesar de que debió haberla oído decenas de veces en la jornada anterior, mientras varios intérpretes y músicos convocados por la Asociación Hermanos Saíz (AHS) se afanaban en entregar una versión sorprendente y hermosa del tema que acompañará el II Congreso de la organización que agrupa a la joven vanguardia de los escritores y artistas de Cuba.

Menos mal que existen,/ los que no tienen nada que perder/ ni siquiera la muerte.// Menos mal que existen,/ los que no miden qué palabra echar/ ni siquiera la última... La máquina reproducía con una fidelidad increíble —gracias a la extraordinaria labor de sonido que realizaran Marvin Mustelier y su asistente Eduardo Pico— las magníficas voces de Israel Rojas, Eduardo Sosa, Gretel Barreiro, Luna Manzanares, D CoraSon, Tammy López y Charly Mucharrima, y Lejardi se empeñaba en que todo empastara a la perfección.

Era un desafío, pero el ganador del Cubadisco 2013 por Welcome to el mundo lo asumió con total placer, de la misma manera que antes hizo con Canto arena, también de Silvio, cuando la AHS arribó a su aniversario 25. Por eso no le importó que lo «sorprendiera» la mañana para que Todo el mundo... estuviera lista el domingo para la masterización, después de conseguir acoplar armoniosamente la manera sui géneris en que cada uno de los cantantes defendía una canción que retrata el espíritu que reinará en los debates de la magna cita de octubre, y el virtuosismo de instrumentistas de primera línea como Ernesto Oliva (piano), Yibrán Rivero (guitarra eléctrica), Vicente Trigo (guitarra acústica), Alejandro Martínez (cello), Juan M. Campos (violín), Jesús M. Rodríguez (timbal), Yoan Lapera (tumbadoras y bongó), Osmide Figueroa (güiro), Harold Madrigal (trompeta), Michel Herrera (saxofones), Jorge Félix Becerra (trombón) y Yadiel Bolaño (bajo) .

Para que además aportara la sonoridad electrónica al tema, fue invitado Lejardi por la musicóloga Yentsy Rangel, quien se encargó de la producción general del tema. Y tocó otra puerta: justamente la de Yadiel Bolaño para que se hiciera cargo de la dirección musical y compartiera con Wilma Alba Cal e Iván la producción musical y el novedoso arreglo.

«No podía creer que el II Congreso no tuviera un tema que funcionara como portada y le diera más visibilidad», confesó Yentsy, quien enseguida se «autopropuso» para tomar cartas en el asunto. «Convidé a Yadiel, Wilma y Lejardi, y junto a Luis Morlote y Jaime Gómez Triana, presidente y vicepresidente de la AHS, respectivamente, escuchamos varios posibles temas, pero fue unánime la decisión de que fuera Todo el mundo tiene su Moncada. Nos dice mucho Silvio cuando canta: Menos mal que existen,/ los que no dejan de buscarse a sí/ ni siquiera en la muerte/ de buscarse a sí..., como lo hacemos los asociados cada día».

En cuanto al arreglo, la idea era, explicó Bolaño, que en esta peculiar versión se pudieran apreciar diversas vertientes musicales y poner en evidencia la manera desenfadada como los jóvenes asumen la música hoy en día, sin olvidarse de sus raíces.

Asociado de muy poco tiempo, Yadiel, que lleva las riendas de la orquesta La Tabla, no escondió a JR su satisfacción por lo logrado. «Inmediatamente me enamoré de la idea, sobre todo porque nos retaba como profesionales. Y el resultado ha sido muy grato, pues también pone de manifiesto el modo en que los jóvenes enfrentamos en la actualidad un tema que parece compuesto ahora mismo».

Igual de gustosa, Wilma, graduada de Composición en el ISA en el 2012, año en que obtuvo la beca de creación Conmutaciones, de la AHS, no dudó en responder al llamado. «Ha sido un gusto, pues me encanta la música de Silvio, que he escuchado desde niña, y también por el hecho de que implicó a artistas de distintas tendencias, y a varios géneros dentro de un mismo tema», dijo esta muchacha que asegura sentirse como en casa dentro de la Asociación, «donde los creadores siempre están dispuestos a aportar, a crecer».

Mucho de lo que destaca Wilma acabó por motivar a Gretel Barreiro. «Me llena de alegría ser parte de un proyecto verdaderamente hermoso. Para mí resultó muy interesante que a una canción, con un contenido tan profundo, se le hiciera un arreglo tan particular, empleando géneros tan contrastantes. Sin embargo, se han unido magistralmente y con una energía enorme, como la que ha abundado entre nosotros».

Porque la AHS la ha acompañado desde sus inicios, Luna se unió de inmediato. «No podía ser de otro modo con una organización que me apoyó desde siempre, máxime cuando se trataba de defender un tema compuesto por quien constituye un moncadista del arte de este país. Es un honor que haya podido estar haciendo desde el corazón lo que mejor sé hacer», enfatizó la Manzanares, quien no se arrepintió de haber dejado a un lado la grabación de su ópera prima discográfica, producida por Descemer Bueno, para estar presente en los Estudios Egrem de 18, en Miramar, Playa.

A diferencia de Luna y Gretel, Tammy ya sabía qué la convocaba cuando la citaron para materializar el sueño de Yentsy Rangel. Y es que la joven que ganara el premio de composición en el concurso de creación Ojalá, comprobó con Canto arena el disfrute que representa el trabajo en colectivo. Más cuando tendrá la responsabilidad de alzar su voz como delegada al II Congreso. Por ello, enfatizó, es feliz por partida doble: por lo anterior y porque «dondequiera que estén Silvio y su música habrá una luz en mí, porque él ha sido un paradigma a seguir, como pensador, poeta, compositor, ser humano, por su valentía...».

Israel Rojas entiende del honor del que habla Tammy, pues en su tiempo él fue delegado al I Congreso, «y aunque ya por edad no me toca participar en este, por alma y por corazón siempre estaré con la AHS que tanto tuvo que ver con Buena Fe. Fue en la Asociación de Guantánamo por donde comenzamos, también con un gran apoyo de la Uneac.

«¿El arreglo? Está “durísimo”, pero se hace lo que se puede, y al final estoy contento de participar con artistas que se arriesgan en este proyecto; con creadores que no le temen al arte que generan sus cabezas».

Por su parte, Charly Mucharrrima (alias Carlos Bravo, porque ya «perdió» su nombre), prefirió decirle a JR que su intervención en Todo el mundo... «no es a título personal, sino en nombre del movimiento del hip hop cubano, que tanto tiene que agradecerle a la AHS, la cual desde el principio nos brindó un apoyo vital para que pudiera mantener sus latidos dentro de la música urbana. Siempre estaremos a su lado cuando nos necesite».

Idéntico sentimiento de agradecimiento embargó a Eduardo Sosa, quien llegó a formar parte, incluso, de la dirección nacional de la organización, años después de que esta le abriera las puertas en Santiago de Cuba. «A partir de entonces se estableció una relación que no termina, ¡y hasta me hicieron Miembro de Honor! Y yo sigo muy feliz por estar cerca de una organización de tanto empuje. Esto de permitirme estar junto a estos increíbles artistas, que vienen con una mecánica supernovedosa, me hace creerme un quiceañero. ¡Eso es genial!».

A partir de este miércoles, se escuchará en las emisoras radiales del país el tema que acompañará el II Congreso de la AHS y que, como en 1968, seguirá convocando a los que no tienen nada que perder.