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Locuaz diálogo de una noche de bulerías (+ Fotos)

La rítmica del flamenco, su dinamismo y riqueza distinguieron la presentación del reconocido instrumentista Paco de Lucía en el teatro Karl Marx

Autor:

Yelanys Hernández Fusté

Callado y solo con el sonido del rasgado de las cuerdas de su guitarra, Paco de Lucía hizo su introducción al flamenco el miércoles último, en el teatro Karl Marx.

Muy silencioso —solo escuetas frases se le escucharon esa noche—, el afamado instrumentista español prefirió hablar a través de las notas musicales y para ello escogió Rondeña,  buen comienzo para ese «diálogo» simbólico, en el que la tradición y la constante renovación de un género se imponían como tema de conversación.

Eran las frases que no se escapaban de su boca las que captaba su guitarra, lacónica en articulaciones, pero locuaz en acordes. Acomodaba su mano derecha a las cuerdas y precisaba con la izquierda cada «oración» melódica del flamenco, llevando así la tradición de su país a una tierra donde el son y la música africana tienen un arraigo tremendo. En fin, que fueron intensos minutos introductorios de una pieza en la que De Lucía saludó al público de la Isla, tras un cuarto de siglo de ausencia.

Leo Brouwer, en su parábola al inicio de la velada, indicó el camino iniciado en la música por dos guitarristas, según muchos interpretamos. «Imaginen dos hombres que van por un mismo camino porque tienen que llegar rápido allá», explicó Leo y, sin dudas, se refería a Paco, pero también a él mismo, excelso virtuoso del instrumento.

Sobre De Lucía, a quien le une una amistad de más de cuatro décadas, dijo que es «el genio que transformó al flamenco sin perder tradición, sin perder magia, ganando constantemente en evolución, en calidades».

Brouwer transmitió el sentir de su colega ibérico al expresar que «Paco nos tiene cariño, quiere a Cuba; por eso ha venido». Solo eso y la emoción a flor de piel del artista español bastaron para saberlo, para creerlo.

Fue en Por solead donde vimos la integración de la guitarra con la percusión salida de las manos de Israel Suárez y de las voces de los cantaores Antonio Flores, David Maldonado y Antonio Fernández.

En una bulería convergió todo el ensamble, que también incluyó el piano, la armónica y el bajo eléctrico. Resultan estos, aportes significativos del guitarrista español a la estructura musical del flamenco, pues Paco es un innovador que trata cada día de reinventar el arte que le viene de sus raíces.

Precisamente el bajo fue defendido por el cubano Alaín Pérez, a quien De Lucía presentó como «uno de los increíbles músicos que hay en este país». Pérez lo acompaña desde hace nueve años y en la noche hizo gala de su destreza en varias piezas.

Luego, la conocida Canción de amor se enlazó con otra bulería, para dar paso a una especie de popurrí que exigió al bailaor Antonio Fernández enseñar sus cartas credenciales. Mientras, en Zyryab vimos al grupo más inclinado al jazz, donde cada instrumentista y vocalista extrajo de sí lo mejor al improvisar. Para el final quedó la riqueza interpretativa de Entre dos aguas.

Pero el cierre no pudo ser ese de ninguna manera. El público, en el idioma de los aplausos, hizo que De Lucía retornara a escena. Fue entonces cuando sonaron los acordes de Sandunguera (o Por encima del nivel). La evocación a un compositor popular de la Isla devino acierto de  la velada. Desde las lunetas, su autor, Juan Formell, degustó esta versión flamenca de su número.

Fue un hecho intencional, según comentó a JR Alaín Pérez, minutos después del concierto. «Habíamos tomado otras veces el guiño de la Sandunguera. Soy músico cubano, me identifico plenamente con lo nuestro desde chiquito y Formell es otro grande de nuestra música», sentenció.

La rítmica del flamenco, su dinamismo y riqueza se asomaron esta semana a la Isla gracias a ese exquisito cronograma propuesto por el V Festival Leo Brouwer de Música de Cámara. Así, la noche de bulerías ofrecida por Paco de Lucía en La Habana nos queda como un locuaz diálogo de baile y tradición musical ibérica. Intenso Paco, intenso su grupo.

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