Roland sigue los progresos de varios jóvenes que toman su curso de humorismo gráfico. Autor: Francisnet Díaz Rondón Publicado: 21/09/2017 | 05:27 pm
SANTA CLARA, Villa Clara.— Allí, en la improvisada aula en la Casa de Cultura o en la redacción del suplemento humorístico villaclareño Melaíto, se aprecia a estos jovencitos ensimismados sobre la cartulina, mientras van brotando los finos trazos que dan vida a sus personajes. Atento a lo que hacen, de un lado para otro, se mueve «Roland», Rolando González Reyes, el creador de este curso de humor gráfico, único en el país hasta donde se conoce.
Dos cuestiones básicas lo motivaron para llevar adelante este proyecto: encauzar y desarrollar el talento de niños y adolescentes que muestran inclinación por el humor, y porque «quise explorar en busca del relevo que en un futuro pueda continuar nuestra obra», razona.
A Roland, fundador de Melaíto, suele brotarle la frase ocurrente para matizar la conversación más simple o erudita, la cual origina la risa numerosa.
Reacio a que le endosen adjetivos grandilocuentes, suele responder con un «deja la bobería, ¡compadre!», cuando alguien lo trata de arropar de esa manera que le suena fuera de lugar y desafinada a su genuina fibra humorística.
—¿Usted maestro?
—Bueno, el trabajo del humorista tiene mucho de enseñanza: el tratamiento crítico de la realidad se asume desde una perspectiva que motiva la risa, pero a la vez desencadena la reflexión.
—¿Clases entre carcajadas?
—Más bien en total silencio. Los muchachos se concentran en lo que hacen, asumen el aprendizaje muy en serio.
—¿Cuál método utilizas?
—Comencé enseñándoles los primeros trazos, los diferentes tipos de globos, el significado de la línea, cómo crear los personajes. Además, la manera de lograr las distintas expresiones en el rostro, incluido el dibujo de la ropa y el modo de insertar el texto en el globo, así como nociones de diseño.
—¿Cómo fue la selección de los alumnos?
—La Casa de Cultura lanzó una convocatoria dirigida a los muchachos con aptitudes para el dibujo humorístico. Al principio entraron muchos, pero fueron quedando los que en realidad tienen talento. A la mayoría de los niños y adolescentes les gusta dibujar, pero lo importante es encontrar en ellos el sentido del humor y, con la práctica diaria, tienen la posibilidad de hallar el estilo y la gracia de la línea en el dibujo.
—¿Frecuencia del curso?
—Desde hace poco más de un año, todos los sábados. Una sesión aquí en la Casa de Cultura y otra en la redacción de Melaíto para facilitarles que se familiaricen con las nuevas tecnologías, estudien los dibujos del equipo nuestro, revisen las colecciones de la publicación y hagan sus bocetos.
—¿Cómo es ese difícil momento de tener que decirle a un alumno que no tiene talento para el humor?
—En el transcurso de las clases ellos se van dando cuenta de que carecen de habilidades. Las señales les llegan claras cuando aprecian su imposibilidad de mejorar en el trazo del dibujo y que tampoco logran, de manera reiterada, la idea para determinada situación humorística. Y optan por dejar el curso.
—¿Los hay más aventajados?
—Sí, en estos momentos tengo cuatro muchachos que vienen publicando sus ideas en las páginas de Melaíto, aprendieron a trabajar y dar color por medio del Photoshop, ya saben hacer degradaciones de color y aplicar otras herramientas.
—¿Seguro el relevo?
—Bueno, en esa batalla estoy. Los muchachos andan motivados. Es una labor que lleva tiempo, dedicación y práctica diaria.
Prodigioso creador
Confiesa que a las muchas satisfacciones experimentadas como resultado de su trabajo, se suman ahora las proporcionadas por sus alumnos cuando logran una buena caricatura, que lo hacen reír como un niño.
González Reyes, nacido en el pueblito de Ciego Montero, provincia de Cienfuegos, que firma sus trabajos en Melaíto —y también más allá— con el seudónimo de Roland, es un prestigioso creador, miembro de la Uneac, de la Upec y de la Unión Internacional de Humoristas Gráficos.
Con una extensa ejecutoria, que comenzó en 1968, ha merecido premios nacionales en dibujo y cuento. Parte de su obra en la caricatura y la narración aparece plasmada en varios libros, y está considerado entre los mejores escritores de humor del país.