En el panorama de la danza cubana, ya pocos llenan los teatros como aún lo hace DanzAbierta. La calidad y el entusiasmo del público que asistió al teatro Mella para el estreno de Showroom es un privilegio al que no con mucha frecuencia tienen acceso las compañías en Cuba en estos momentos.
Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero DanzAbierta constituye una excepción de la regla y lo ha demostrado en esta fase, donde el nombre de Marianela Boán, su máxima inspiradora, ha pasado a ser una etapa dentro de la historia de esta formación que dirige Guido Gali, filólogo de profesión, pero hombre de danza desde siempre.
Susana Pous se ha encargado de darle un nuevo sello y una etapa diferente a DanzAbierta. Con MalSon, su obra anterior, esta coreógrafa y bailarina colocó a la compañía en el lugar cimero que siempre tuvo. Recordemos que esta pieza mantuvo más de cien funciones y se alzó con el premio de la Segunda Bienal de la Danza del Caribe.
Ahora, la premier de Showroom consolida a Susana Pous como coreógrafa estable de su compañía y le cede, por derecho propio, a esta española, un lugar dentro de la danza cubana. La obra trae de vuelta el tema del cabaret, elemento que solo es pretexto para ir más allá, escrutando en los conflictos que atormentan a los seres humanos. Dos planos relacionados van tejiendo una historia de fama y aplausos, pero también de fracasos y dobleces. A los espectadores solo les está permitido presenciar lo que se fabrica para ellos. El show comienza y termina tras bambalinas. Ocultar las decepciones, los infortunios, resulta tarea difícil pero controlable. Una discreta línea de luz en el centro del escenario es el camino que guía a los ejecutantes, sumergidos en esas dos caras de una misma moneda: el show de cada noche.
Seis bailarines se encargan de apuntalar el espectáculo. Encabezados por Maylin Castillo, tronco y raíz de dos etapas valiosas en esta compañía, los nombres de Abel Berenguel, Yaíma Cruz, Yoan Matos, Taymi Ramos y Jennifer Martín, defienden la puesta en escena que llena un gran vacío en la coreografía de la danza cubana actual. Por su parte, X Alfonso, consagrado en concebir música para danza, aporta una hermosa banda sonora con secciones en las que colabora Síntesis, y en otras donde se apropia de elementos de la conga popular cubana.
Showroom tributa movimientos mecánicos y la rutina de una diva que se disipa en su propia gloria. Las escenas identifican el vocabulario de una coreógrafa, con una partitura física reconocible. A esta obra le queda un camino por recorrer. Un sobrio diseño de luces (Gali-Pous) le da fuerzas al espectáculo en momentos decisivos.
Una bocanada de oxígeno para el público y la crítica ha sido Showroom. En 2012 DanzAbierta cumplirá 25 años de fundada. Se ha convertido en referencia obligada en la cultura cubana. Proteger su legado y trabajo será la mejor celebración para estos artistas.