Escritor argentino Ernesto Sábato. Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 05:08 pm
Las letras argentinas quedaron conmocionadas por el fallecimiento este sábado del escritor Ernesto Sábato, quien el próximo 24 de junio cumpliría 100 años y mañana sería homenajeado en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, reportó Prensa Latina.
El autor de El túnel (1948), Sobre héroes y tumbas (1961), y Abbadón el exterminador (1974), entre otras destacadas piezas, murió a consecuencia de una bronquitis que complicó su delicado estado de salud, confirmó su colaboradora Elvira González.
Los restos mortales de Sábato comenzarán a ser velados esta tarde en el Club Defensores de la localidad bonaerense de Santos Lugares, justo frente a la casa donde le sorprendió la muerte esta madrugada.
Doctor en Física, Sábato fue notable novelista y ensayista, y también pintor aficionado. En 1984 se convirtió en el segundo autor argentino, después de Jorge Luis Borges (1979) en merecer el premio Miguel de Cervantes.
El creador de piezas como El escritor y sus fantasmas (1963) y Apologías y rechazos (1979), es recordado también aquí por su sobresaliente trabajo al frente de la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (Conadep), responsabilidad que asumió en 1983.
La labor de la Conadep quedó plasmada en el libro Nunca Más, el que de paso abrió las puertas para enjuiciar a las juntas militares de la última dictadura, en 1985.
Tras conocerse del deceso, medios de prensa reprodujeron una frase reiterada por Sábato: «Nunca me he considerado un escritor profesional, de los que publican una novela al año. Por el contrario, a menudo, en la tarde quemaba lo que había escrito en la mañana».
La escritora e investigadora María Rosa Lojo calificó en una reseña escrita para la agencia de noticias Télam de inmemorial y contemporánea la obra literaria de Sábato. Sus personajes son seres en búsqueda y encuentro del destino, que se cumple por la extraña convergencia entre los móviles inconscientes y la trama de la realidad externa: el mundo es un jeroglífico donde cada uno descifra el itinerario inevitable de su vida, destacó.