El creciente envejecimiento poblacional en nuestro país está teniendo repercusiones sobre las relaciones intergeneracionales, en primer lugar dentro del seno familiar, pero ello se hace extensivo al espacio laboral, comunitario y al de la sociedad como un todo, manifestó la Dra. María Isabel García Domínguez, directora del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS).
La especialista apuntó que la interrelación entre envejecimiento poblacional y la familia centra temáticamente tres textos presentados este viernes por el CIPS, como parte de la 20 Feria Internacional del Libro: Niñez, adolescencia y juventud en Cuba. Aportes para una comprensión social de su diversidad, de su autoría; Las familias cubanas en el parteaguas de dos siglos, de autores varios, y un Anuario 2009, de la compiladora Claudia Castilla.
María Isabel García se refirió a un informe demográfico de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), donde se muestra que la población menor de 30 años (límite superior de la edad juvenil en el país) representa hoy el 37,8 por ciento del total de la población. De esta, quienes no pasan de los 14 años representan el 17,4 por ciento, mientras el 20,4 oscila entre los 15 y los 29.
García Domínguez explicó que la institución que dirige ha desarrollado estudios sobre la niñez, vinculados a la familia, en temáticas como la violencia intrafamiliar, la participación social o el consumo cultural, a partir de otros contextos como la escuela, la organización pioneril o la comunidad.
La estudiosa especificó que en el ámbito familiar el divorcio constituye la principal secuela de la violencia, seguida por la ruptura de los vínculos dentro de este núcleo, cuyas afectaciones son el miedo, la inseguridad, dificultad en el aprendizaje, y traumas que, sin darnos cuenta, pasan a los hijos de nuestros hijos.