Circuba. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 05:00 pm
Como una dama longeva ataviada con ropajes hechos a la medida del tiempo —para que el olvido no marchite sus encajes—, sombrero con plumas de alegría, guantes de finísima seda mágica, adornados con sueños y mariposas; zapatos gastados por la experiencia de tanto camino recorrido, y lozana sonrisa que luce orgullosa y elegante los colores de la fascinación, llega en la presente etapa estival el arte circense.
Así, con sus mejores galas, se prepara para asistir a la cita más importante del año, el Festival de verano Circuba 2010 que arriba a su novena edición.
El evento, auspiciado por el Circo Nacional de Cuba, el Consejo Nacional de las Artes Escénicas (CNAE) y Havana Club International S.A., hará los deleites del público asistente durante las seis jornadas programadas del 10 al 15 de agosto.
Cuando el próximo martes, a las 9:00 p.m., se eleve el telón de la sala principal del Teatro Karl Marx, en Ciudad de La Habana, también se descorrerán las cortinas de un mundo fantástico que aún sigue cautivando a grandes y chicos.
En esa gala inaugural los presentes tendrán la oportunidad de dejarse arrastrar por el torrente de un espectáculo protagonizado por ilusionistas, payasos, patinadores, malabaristas, contorsionistas y trapecistas.
Este año
Una nómina integrada por 24 artistas extranjeros procedentes de Estados Unidos, México, Venezuela, Argentina, Rusia y España, con 15 actos en competencia; y una amplia representación nacional con 16 actos, deviene elemento novedoso.
Para Rolando Rodríguez Romero, presidente del Festival, la presencia casi igual de actuaciones nacionales y foráneas se ratifica como un aspecto que confirma la recuperación del arte circense criollo, pues rescata en estas competiciones la asistencia de países como Rusia, que siempre ha estado en la primera línea del circo mundial.
Distinguirá además esta edición la conformación del jurado. Tanto el oficial como el de la crítica e imagen, estarán integrados por cuatro representantes extranjeros y uno cubano.
Rodríguez Romero señala que esa es una de las potencialidades de los festivales Circuba y su incidencia en el desarrollo de ese arte, «la posibilidad de que virtuosos del circo cubano formen parte de espectáculos de renombre internacional como el Circo del Sol, el cual realizó una captación de 11 artistas del patio para figurar en sus funciones, lo cual también nos facilita evaluar nuestro desempeño».
Una vez concluido el evento el día 15, dará inicio el martes 17 —durante las dos semanas restantes de la etapa vacacional— los Ecos del Circuba en la Carpa Trompoloco, en la capital.
Los ganadores del evento tendrán la oportunidad de llevar sus actos a la Gira Intercirco que se realizará, después de un receso de 20 años, por 13 ciudades del país. Asimismo, se editará el segundo DVD del espectáculo de Circuba gracias a la cooperación de Mundo Latino y el CNAE.
¡Arriba la carpa!
Es poco conocido que esta expresión de las artes escénicas —asociada siempre al desborde del encanto juvenil— se encuentra entre las más añejas. Una existencia de más de 200 años hace del circo cubano un transeúnte habitual de las plazas y calles de la historia.
Según se señala en el sitio web del festival, www.circonacionaldecuba.cu, las referencias más lejanas en las que se menciona la existencia de malabaristas, prestidigitadores, saltimbanquis, mimos, funambuleros y payasos datan de los finales del siglo XVIII, y aparecen registradas en las Actas Capitulares de la colonia, documentos fechados en el año 1793.
Tiempo ha pasado desde aquellos rústicos «tinglados de lona y maderas», donde los artistas ofrecían sus funciones de variedades.
De gran tradición es la escuela cubana de circo que, nacida en 1978, ha graduado hasta el momento un total de 420 artistas. Lo mejor de ese patrimonio circense encontró el espacio ideal en los Festivales Circuba desde que surgieron en 1981.
Luego de un período de receso en 1991 y su reactivación en la escena cubana en el 2007, llegan al 2010, al decir de su presidente, «con mayor maduración de nuestras ideas, más organización y afluencia de artistas de otras regiones que quieren saber qué está pasando en la Isla».
La dama vetusta que es el arte circense cubano no deja de sorprendernos. Ha cabalgado durante centurias en la fantasía de aquellos que no tienen que cerrar los ojos para admirar un sueño.